En España hay más de 4,3 millones de personas con algún tipo de discapacidad, según los datos del INE y la discapacidad de movilidad es la más abundante, de ahí la necesidad de hacer accesibles las viviendas. Según el informe de accesibilidad en la vivienda de la Fundación Mutua de Propietarios, 2 de cada 10 personas con movilidad reducida tuvieron que cambiar de domicilio por la falta de accesibilidad de sus viviendas. En los edificios residenciales y zonas comunes el problema principal es el acceso al inmueble desde la calle. De hecho, más de 6 de cada 10 viviendas tienen escaleras o escalones que dificultan el acceso a las personas con problemas de movilidad, solo 3 de cada 10 edificios disponen de rampa y hasta un 22% carecen de ascensor. Las sillas salvaescaleras son una alternativa cuando no se puede instalar ascensor En el interior de las viviendas también hay dificultades para las personas con movilidad reducida lo que obliga al 28% de las familias a realizar obras para adaptar la vivienda a sus necesidades. El baño es el cuarto que exige las mayores adaptaciones, mientras que los dormitorios y cocinas se reforman menos. Qué es una vivienda accesible Una vivienda accesible es la que se adapta a las necesidades de las personas que viven en ella y, por tanto, no tiene barreras arquitectónicas que dificultan el acceso. ¿Cómo son las viviendas accesibles? Una vivienda accesible ha sido diseñada siguiendo los criterios de accesibilidad universal para que puedan vivir personas con movilidad reducida o algún tipo de discapacidad física o sensorial. La normativa exige que los edificios de nueva construcción sean accesibles, sobre todo los accesos y zonas comunes (escaleras, rellanos, garajes, patios). Pero los inmuebles con más de 25 años de antigüedad no son accesibles lo que obliga a hacer reformas para mejorar la accesibilidad. Requisitos Los requisitos que debe cumplir una vivienda accesible comienzan en el edificio con la instalación de rampas, ascensores y plataformas que faciliten la movilidad. Las puertas de entrada a la vivienda y a las principales estancias deben tener 80 cm de ancho, para que pase una silla de ruedas sin dificultades. La instalación de puertas correderas facilita enormemente la accesibilidad. Los pasillos deben tener un ancho de 90 cm como mínimo y poder realizar un círculo de 120 cm frente a la puerta de entrada y en el acceso de la cocina y el baño. Los agarraderos de paredes tienen que estar situados a una distancia adecuada, que permitan usarlos para mantener el equilibrio. Los enchufes y mobiliario deben adaptarse a una altura entre 0,4 y 1,40 metros de alto que es el alcance de una persona en silla de ruedas. La encimera de la cocina o el lavabo del baño no deben superar los 85 cm de altura. Se debe poder acceder frontalmente al lavabo y lateralmente a la ducha. El lavabo debe tener una altura libre debajo de 65 cm para permitir el acceso. La ducha debe contar con barreras de apoyo y sujeción, además de tener un asiento o banco en su interior. Los suelos deben ser antideslizantes y en los baños y cocinas incluso cuando están mojados. También se puede conectar la iluminación de la casa con el timbre en las viviendas donde viven personas con problemas de audición. Normativa Existen varios textos legales que abordan la accesibilidad desde diferentes perspectivas. Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social (ver texto legal) es la normativa que recoge las condiciones básicas de la accesibilidad universal. El Código Técnico de la Edificación establece las exigencias técnicas que deben cumplir los edificios para asegurar su habitabilidad, estableciendo cómo deben adecuarse las condiciones de accesibilidad en los edificios. La Ley de Propiedad Horizontal incluye en su articulado la obligación de realizar obras para mejorar la accesibilidad cuando lo solicitan personas con discapacidad o mayores de 70 años, siempre que no cuesten más del presupuesto anual para gastos comunes. Tipos de limitaciones para las que se debe adaptar una vivienda Visuales Las personas ciegas necesitan incorporar el lenguaje braille en el ascensor para poder identificar el piso y tener libre de obstáculos las zonas comunes. Dentro de la casa conviene tener los muebles pegados a las paredes para eliminar obstáculos, en la cocina es recomendable contar con sensores de humos y de gas y escapes de agua con alarmas acústicas. Acústicas La pérdida de audición en las personas obliga a hacer adaptaciones en las viviendas en las que las señales acústicas son sustituidas por señales lumínicas, por ejemplo, el timbre de la puerta o las alarmas del reloj. También pueden usarse alarmas con vibración. Movilidad La discapacidad de movilidad obliga a la adopción de medidas para facilitar la accesibilidad en las zonas comunes, con la instalación de rampas y ascensores y viviendas aptas para sillas de ruedas. Cuánto cuesta convertir una vivienda en accesible El precio medio de las reformas para adaptar una vivienda para personas con discapacidad ronda los 3.500 € según Habitissimo. El precio más barato no llega a los 2.000 € y el más caro alcanza los 5.000 €. Esto es un precio orientativo porque todo depende de las reformas que se hagan y de la calidad de los materiales. La adaptación del baño exige la sustitución de la bañera por ducha con agarraderos Adaptar un baño completo puede costar 3.500 €, siendo la reforma más habitual que se hace la sustitución de la bañera por un plato de ducha para mejorar la accesibilidad; mientras que la adaptación de la cocina puede alcanzar los 5.000 €. Poner pavimento antideslizante en toda la casa supone unos 3.500 €. Además, la domótica contribuye a mejorar la accesibilidad de las personas con alguna discapacidad por lo que se convierte en imprescindible en una vivienda accesible. Se instalan sistemas de seguridad con equipos de teleasistencia centralizados que actúan ante cualquier imprevisto que se produzca en la casa. También es recomendable instalar el sistema de iluminación con detector de presencia para no tener que utilizar los interruptores, ya que la luz se enciende y apaga al paso de las personas. La automatización de la apertura y cierre de puertas, ventanas y persianas es otro de los sistemas domóticos idóneos para una vivienda accesible porque evita tener que hacerlo manualmente y aumenta la seguridad. En el baño adaptado se pueden instalar grifos monomando con sensor de movimiento que se activan con solo acercar las manos sin necesidad de tener que abrirlos y cerrarlos. Por último, existe un programa de ayudas para la mejora de la accesibilidad de las viviendas recogido en el Plan de Vivienda que es gestionado por cada comunidad autónoma.