El principal objetivo de todo propietario es saber cómo alquilar un piso de forma segura. Es decir, dar con un buen inquilino que pague puntualmente la renta y que cuide la vivienda como si fuera suya. Sin duda, estas son las dos grandes preocupaciones de todo arrendador cuando decide alquilar un inmueble. Por ello, y para que todo vaya sobre ruedas, es importante tomar algunas precauciones. Dedica tiempo a la selección del inquilino ¿Cómo elegir el inquilino perfecto? La tarea no es fácil, ya que requiere hacer una cuidada selección teniendo en cuenta diferentes parámetros. Una de las primeras comprobaciones es, sin duda, la solvencia económica del candidato. Para comprobarla puedes pedirle la nómina, si es un trabajador por cuenta ajena o la declaración del IRPF cuando carece de ella. Si se trata de un trabajador autónomo también puedes solicitar la declaración trimestral del IVA para saber su volumen de ingresos. También es conveniente consultar los registros de morosos, como el Fichero de Inquilinos Morosos, para averiguar si ha tenido problemas de pago en el pasado e incluso buscar referencias entre caseros y/o vecinos anteriores. Además, y para garantizar el cobro del alquiler, puedes pedir diferentes garantías al inquilino: Fianza. Corresponde a una mensualidad de la renta, y es la única garantía obligatoria recogida en la ley de Arrendamientos Urbanos. Deposito o garantía adicional. Arrendador y arrendatario acuerdan una cantidad de dinero que el segundo debe entregar al primero para asegurar posibles impagos o daños en la vivienda. Cuando finaliza el contrato, el dinero se devuelve al inquilino. De acuerdo con la última modificación de la ley realizada el año pasado, su cuantía ha quedado limitada a dos mensualidades como máximo. Aval bancario. Es una cantidad de dinero que el arrendatario debe depositar en el banco para que, en caso de impago, el propietario pueda pedir la ejecución del aval y cobrar la deuda. Seguro de impago. Con la firma de este seguro, la compañía se encarga de abonar la renta si el arrendatario no paga o si se producen desperfectos en la casa. Aunque lo contrata el propietario, suele pagarlo el inquilino. Sin duda, pactar con el arrendatario algunas de estas garantías extras es una de las principales premisas. Prepara la vivienda para atraer al inquilino Una forma de garantizar que el inquilino cuide la vivienda es ofrecerla en perfectas condiciones de habitabilidad y limpieza. Además, ten en cuenta que el estado de la casa también influye en la renta de alquiler que puedes pedir. Aquí te explicamos con todo detalle cómo calcular el alquiler de una casa. Un piso reformado permite incrementar la renta del alquiler en una horquilla que va del 20 al 30% según las mejoras realizadas. No es que se encarezca el alquiler porque la casa está reformada, sino que el propietario puede pedir el máximo de renta que se paga en la zona donde esté el inmueble. Además, una casa nueva o una reformada se alquila más rápido que otra que sin actualizar. Y lo que es más importante para el casero, atrae a inquilinos interesados en un alquiler a largo plazo, lo que se traduce en una mayor rentabilidad ya que el piso está alquilado durante más tiempo. Cumple todos los requisitos legales Preguntarse cómo poner un piso en alquiler equivale también a cuestionarse qué se necesita para alquilar un piso desde el punto de vista del propietario. Sí, el arrendador está obligado a cumplir unos determinados requisitos legales, como la presentación y tramitación de determinados documentos. Para empezar debe tener la cédula de habitabilidad para demostrar que la vivienda cumple las condiciones de habitabilidad; la escritura de propiedad, que avala que es el propietario; y el recibo del IBI o la factura de los suministros para demostrar que todo está al día de pagos. También es necesario disponer del certificado de eficiencia energética, que establece la calificación energética de la casa y sirve para saber cuál es el consumo de energía que requiere. Este documento es obligatorio para alquilar el piso. Por otro lado, es conveniente recoger en un contrato por escrito todas las cláusulas acordadas con el inquilino. Para la elaboración del contrato es recomendable contar con el asesoramiento legal de un experto en arrendamiento para no dejar pasar ninguna cuestión relativa a la fianza, duración del contrato, actualización de la renta o garantías que puedan desencadenar problemas en el futuro. Finalmente, otras gestiones que debe realizar el casero para alquilar un piso son: Depositar la fianza en el organismo correspondiente de la comunidad autónoma que proceda Realizar un inventario detallado con todo el contenido del inmueble (es recomendable tomar fotografías también) Cambiar la titularidad del contrato de suministros para evitar responsabilidades en el caso de que el inquilino realice algún impago. Alquilar de forma segura a través de organismos oficiales Finalmente, otra forma que tiene el propietario de alquilar de forma segura la casa es a través de los organismos oficiales de las comunidades autónomas y ayuntamientos. Estos hacen de intermediarios entre arrendador y arrendatario. La ventaja es que estos organismos facilitan la gestión de la renta, buscan al inquilino y ofrecen garantías al propietario para cobrar el alquiler. A cambio, este obtiene una renta más limitada que en el mercado libre. Además, estos programas públicos ofrecen asesoramiento a los caseros sobre los precios de alquiler que pueden obtener y las mejoras que deben realizar en la vivienda para que pueda ser arrendada. También ayudan en la elaboración de los contratos de arrendamiento para evitar que se incluyan cláusulas inadecuadas. Normalmente, se firma un seguro de caución que garantiza el cobro de las rentas en caso de impago del arrendatario. También es posible firmar un seguro multirriesgo del hogar para cubrir los desperfectos que el inquilino pueda causar. Además, en caso de conflicto entre arrendador y arrendatario, estos organismos plantean la mediación como solución, lo que es una ventaja para el casero al no tener que recurrir a los tribunales, ya que el proceso es más rápido. Algunas obligaciones del propietario para garantizar el bienestar de los inquilinos Mantenimiento y reparaciones Un arrendador es responsable de mantener la propiedad alquilada en condiciones adecuadas y de realizar las reparaciones necesarias. Esto garantiza la seguridad, comodidad y habitabilidad para los inquilinos. El arrendador debe asegurarse de que la propiedad cumpla con estándares de seguridad y salud, manteniendo en buen estado las instalaciones eléctricas, de fontanería y de calefacción. Además, debe realizar reparaciones necesarias en caso de averías o daños que afecten la habitabilidad. El mantenimiento incluye la limpieza y conservación de áreas comunes, así como el cuidado de espacios exteriores. También debe asegurarse de que los sistemas de seguridad estén en buen funcionamiento. En caso de averías, el arrendador debe responder de manera diligente, coordinando los servicios necesarios y realizando las reparaciones en un plazo razonable. Esto implica atender las solicitudes de los inquilinos de forma rápida y eficiente. Respeto de la privacidad y derechos legales de los inquilinos Además del mantenimiento, un arrendador debe respetar la privacidad y derechos legales de los inquilinos. Esto implica garantizar un ambiente de vivienda seguro y proteger su intimidad. El arrendador debe respetar la privacidad de los inquilinos y no ingresar a la propiedad sin su consentimiento, a menos que exista una emergencia o se haya acordado previamente. También debe respetar los derechos legales de los inquilinos, como el derecho a un entorno seguro y libre de discriminación. Esto implica tomar medidas para prevenir y abordar cualquier forma de acoso o discriminación en la propiedad. Al cumplir con estas responsabilidades, el arrendador no solo cumple con la legislación, sino que también fomenta una relación positiva con los inquilinos, mejorando su satisfacción y la reputación del arrendador. Llevando a cabo adecuadamente estas y otras medidas que garanticen el bienestar de todos los inquilinos, el arrendador está promoviendo la buena convivencia y la calidad de vida entre quienes alquilan sus propiedades, lo cual se traducirá por seguro en una menor cantidad de problemas que habrá que resolver a la postre.