La crisis económica que ha provocado la pandemia no ha tenido en el mercado inmobiliario la repercusión que tuvo la crisis de 2008. En gran medida porque entonces la crisis fue inmobiliaria, provocada por un exceso de oferta en el mercado que era imposible de asumir por la demanda, a la que se sumó la crisis financiera. El enorme stock de vivienda vacía paralizó la construcción de vivienda durante los años posteriores, hasta que se reactivó el mercado de nuevo en 2013. Ahora empieza a vislumbrarse un boom inmobiliario favorecido por la recuperación económica, el aumento de las transacciones de vivienda y del precio, junto con la reactivación de la construcción que ha alcanzado un nivel similar al que existía antes de la pandemia. La conjunción de estas variables también llevan a los expertos a vaticinar que es el mejor momento para comprar vivienda. Más compraventas, más hipotecas y más ahorros En los primeros meses de este año se han dado ya los primeros signos positivos del boom inmobiliario. Las transacciones aumentaron en mayo un 11,4%, según los datos del INE. En total, en mayo se vendieron 47.033 viviendas que es la segunda mejor cifra del año, muy cerca del volumen que se alcanzaba en 2019. Este año las compraventas crecerán un 7,7%, hasta alcanzar las 450.000 unidades, según un informe de Caixabank Research. Una de las razones por las que se ha recuperado tan rápidamente la compraventa de viviendas tras el parón de 2020 es por la existencia de unos tipos bajos de interés que favorecen la contratación hipotecaria. De hecho, en el prime trimestre ha aumentado la firma de hipotecas un 32%, alcanzando las hipotecas de tipo fijo una cuota casi del 60%, que marca un hito histórico. Además, la tasa de ahorro de las familias se encuentra también en máximos al no haber podido consumir durante los meses de confinamiento y por las restricciones a la movilidad que han existido desde el inicio de la pandemia. El gasto medio por hogar se contrajo un 10,7% el año pasado hasta los 26.996 euros, según el INE, mientras que la bolsa de ahorro de los hogares ascendió a 68.000 millones de euros, según un informe del BBVA. A esto se suma las expectativas sobre la recuperación de la economía española en los próximos meses. El Gobierno prevé un crecimiento económico del 6,5% este año y del 7% en 2022, por encima de las previsiones del Banco de España y de la Comisión Europea, que están en torno al 6%. Se encarece el precio de la vivienda Esta situación está teniendo repercusión en el precio de la vivienda. Durante al año pasado subieron los precios un 2,1%, según el INE, aunque es un dato positivo es el menor incremento desde 2014. No obstante, la evolución durante el año fue a la baja, consiguiendo el mayor incremento en el primer trimestre (3,2%) y el más bajo (1,5%) en el último. Los mejores resultados correspondieron a la vivienda nueva que se revalorizó por encima de la usada. Así, en el último trimestre la obra nueva se encareció un 8,2%, mientras que la de segunda mano solo un 0,4%. En parte el menor incremento del precio de la vivienda usada -algunas fuentes señalan una bajada de precio- se debe a que los compradores han conseguido descuentos importantes en el precio en torno al 18% y 20%. Sin embargo, las previsiones para este año apuntan a subidas del precio. En el primer semestre, el precio de la vivienda nueva ha crecido el doble que la usada. En el segundo semestre del año se pronostica un incremento del precio de la vivienda nueva entre el 1% y el 2%, pero para el primer trimestre del 2022 la subida llegaría al 3% y el 6%. Crece la construcción y las viviendas terminadas Los visados de obra nueva confirman el boom inmobiliario, con un crecimiento en el segundo trimestre del 1,7% sobre el mismo periodo del 2019 y un 60% sobre el año pasado, cuando la actividad estuvo prácticamente parada durante los meses del confinamiento. Esto significa que entre abril y junio hay 28.400 viviendas visadas, que son un 5% más que en el segundo trimestre de 2019. Crece, por tanto, la construcción de vivienda que el año pasado disminuyó casi un 20%. Además, los expertos vaticinan que este año el número de visados de obra nueva podría crecer hasta los 90.000, aunque algunos expertos elevan la cifra a 100.000 viviendas, pero todo depende de la evolución de la pandemia. Por ahora la vacunación ha conseguido reactivar la actividad inmobiliaria y la demanda de vivienda. También hay crecimiento en el número de viviendas terminadas. En 2020 se emitieron 85.945 certificados de fin de obra, que es un 9% más que en 2019, pero lo que es más importante, es la cifra más alta desde 2012. Además, el año pasado se terminaron más viviendas de las que se iniciaron, 85.535. Este año podría alcanzarse un total de 100.000 viviendas terminadas. La demanda se inclina hacia la obra nueva Un cambio importante que se ha producido en el mercado inmobiliario como consecuencia de la pandemia ha sido el desarrollo de un nuevo perfil de la demanda. La vivienda se ha convertido en el centro de la vida familiar y las nuevas necesidades de los compradores han incrementado la búsqueda de viviendas de obra nueva que cumplan las preferencias de los compradores hacia las casas: más grandes, con despacho, jardín y piscina. El único dato negativo es el descenso de compradores extranjeros por las dificultades que han tenido para viajar a España durante el último año. Sin embargo, ha sido compensado por una nueva demanda de clase media alta y alta que compra viviendas de alto standing en la periferia de las grandes ciudades. En el futuro se espera que, gracias al desarrollo del teletrabajo, se potencie la demanda de vivienda en las ciudades medianas y en la costa. En conclusión, las previsiones económicas y la evolución positiva de las variables que afectan a la vivienda anuncian un boom inmobiliario este año.