A estas alturas de la crisis por el COVID-19, y a falta de que se recupere la actividad económica por el confinamiento, numerosos expertos inmobiliarios apuntan a la idea de que la pandemia modificará el comportamiento de los consumidores y de los mercados a medio plazo. Así, las preferencias de los clientes podrían cambiar tanto para la compra como para el alquiler, haciendo que algunas viviendas se revaloricen tras el COVID-19. Por otro lado, la crisis económica actual tendrá, asimismo, un impacto en el número de operaciones de compraventa y en los precios de los inmuebles. Las terrazas, balcones y jardines verán aumentar el interés de los compradores y arrendatarios, que aceptarán inmuebles más allá del centro de las ciudades para obtener más metros por menos dinero o barajarán la posibilidad de comprar un piso con terraza o un chalet con jardín en vez de una vivienda plurifamiliar. También podría caer el interés por los pisos más bajos o situados en ubicaciones interiores ante la falta de luz natural. Y es que, opciones como alquilar un ático con una amplia terraza, resultan hoy más atractivas que nunca... No te pierdas: ¿Qué pasará con el precio de la vivienda tras el Coronavirus? La fuerte demanda del mercado de alquiler residencial en los últimos años ha hecho que durante las últimas semanas éste no se haya resentido en exceso. No parece que vaya a ocurrir lo mismo con el alquiler turístico: una de las ideas más repetidas entre los expertos inmobiliarios es el impacto que la situación actual puede tener en él. La caída de la demanda de este tipo de arriendos ante la falta de turistas extranjeros y nacionales modificará el mercado de forma clara, porque estas viviendas posiblemente pasen al alquiler tradicional y aumenten la oferta disponible, presionando a la baja los precios en ciertas localidades turísticas. Un primer trimestre sin grandes cambios en los alquileres De acuerdo con el informe del Índice Internacional de Alquiler de HousingAnywhere relativo al primer trimestre de 2020, los efectos del COVID-19 en los mercados europeos de alquiler están empezando a notarse y los precios están deteniendo su incremento: así, en marzo ya se registraron los primeros descensos de las rentas de alquiler. Por ejemplo, Barcelona presentó su primera caída en los precios desde 2013, con una evolución trimestral del -0,1% en los apartamentos de una habitación y del -0,8% en las habitaciones individuales. Por su parte, Madrid registró el segundo mayor aumento de los precios. Los alquileres de los apartamentos aumentaron un 4,7% llegando a 1.150 euros; los precios de los estudios subieron un 5,4% hasta los 847 euros y las habitaciones individuales un 8,1%, alcanzando los 546 euros. Un mes de abril con precios al alza Sin embargo, según el índice inmobiliario de Fotocasa, en abril se ha registrado un incremento interanual del 10,9%. Según indica Anaïs López, directora de Comunicación del portal, "de momento, la actual situación que estamos viviendo no está haciendo que los propietarios bajen los precios del alquiler. El auge del alquiler continuará durante 2020. Es posible que tardemos algunos meses en ver la consecuencia directa del coronavirus en los precios”, añade. Más en concreto, el índice apunta que, a nivel mensual, el precio se incrementó un 1,7% respecto al mes de marzo. De este modo, el precio medio de la vivienda en alquiler se sitúo en 11,02 euros por metro cuadrado durante el mes de abril . Por otro lado, los precios del alquiler subieron en 14 comunidades autónomas y en el 70% de los municipios. El alquiler turístico sí acusará la crisis Como comentábamos más arriba, parece que el alquiler vacacional sí sufrirá un mayor azote a causa del coronavirus. Por ejemplo, en la web de Cushman & Wakefield reconocen que el sector inmobiliario ha sufrido un frenazo que, muy probablemente, implique cambios importantes en el futuro. “Aunque todavía es pronto para hablar de tendencias, y son muchas las tesis que se manejan, parece que el cambio de comportamiento en el mercado del alquiler turístico es uno de los que mayores consensos desatan entre expertos. La transformación de muchos alquileres vacacionales en alquileres residenciales puede consolidarse como hecho”, indican. En esa línea apunta también Luis Corral, consejero delegado de Foro Consultores Inmobiliarios: “Es probable que la forma de disfrutar la vivienda experimente cambios. De todos modos, el mercado de alquiler seguirá teniendo la misma actividad. Aunque habrá un aspecto que puede ampliar la oferta en el mercado. El alquiler turístico se irá hacia el tradicional. En esta situación la oferta se amplía y la demanda continuará en la línea actual. Esto supone que se frenará la subida de precios y habrá una mayor estabilización del mercado”, añade. El alquiler turístico se irá hacia el tradicional y eso puede ampliar la oferta en el mercado y frenar la subida de precios. ¿Incrementará la crisis el número de viviendas en alquiler? Probablemente, sí. Por todo lo indicado anteriormente, pero también por otros motivos. José Antonio Pérez, profesor de la Cátedra Inmobiliaria de la Real Estate Business School (REBS), es tajante al respecto: “La crisis incrementará el alquiler de vivienda, porque los fondos de inversión inmobiliaria -principales accionistas de la mayoría de las promotoras cotizadas- pueden aguantar los niveles de deuda sin amortizar capital, cobrando sólo los intereses. Luego, el alquiler será la alternativa a unas menores ventas. Por eso se lleva hablando desde finales de 2019 del ‘Build to Rent’, ante un menor ritmo de ventas”. "El precio del alquiler dependerá del equilibrio entre la capacidad y la solvencia de la demanda, con el tipo de interés financiero, la rentabilidad (TIR) de la oferta y las ubicaciones disponibles, según las nuevas necesidades de la demanda. Toda una matriz tridimensional por resolver”, concluye. A modo de resumen, podemos decir que aún es pronto para determinar qué ocurrirá exactamente con el mercado del alquiler tras el coronavirus. De momento, los precios se han mantenido estables en los últimas semanas, aunque no pueden descartarse cambios debido, por un lado, al incremento de la demanda (motivada por un mayor número de inquilinos que preferirán vivir de alquiler en estos tiempos difíciles o que se verán obligados a vender la casa que ya tienen en propiedad), y por otro a un aumento también de la oferta (consecuencia de los alquileres vacacionales que pasarán a convertirse en residenciales).