La preocupación por el consumo de energía y la contaminación atmosférica ha generado la aparición de nuevas formas de construcción de viviendas más sostenibles y eficientes como las casas pasivas. Las casas pasivas son un ejemplo de construcción sostenible diseñadas para ser autosuficientes sin tener que consumir apenas energía para ser confortables. En este artículo te desvelamos todos los secretos de las casas pasivas o Passivhaus. ¿Qué es una casa pasiva? Una casa pasiva es un tipo de construcción altamente eficiente desde el punto de vista energético, diseñada para utilizar muy poca energía a la hora de mantener una temperatura óptima en su interior. No te pierdas: ¿Qué es el certificado de eficiencia energética? Una casa pasiva no necesita una fuente de energía para cubrir sus necesidades energéticas, pero mantiene un elevado confort interior y una eficiencia superior a una casa normal. Además, en caso de precisar energía externa, ésta tiene que proceder de fuentes renovables. Gracias a su diseño y a los materiales utilizados en su construcción, las casas pasivas cumplen un doble objetivo: reducir el consumo de energías fósiles y la contaminación atmosférica. Estas construcciones están diseñadas para limitar el uso de energía y maximizar la eficiencia energética. ¿Cuándo surgen las casas pasivas? El concepto de casa pasiva surgió en los años ochenta de la mano de arquitectos alemanes que lanzaron el estándar Passivhaus. El primer edificio pasivo se construyó en 1990 en Alemania y se extendió a Suiza, Austria y los países escandinavos. A España llegaron más tarde, pero existen ya viviendas pasivas y edificios que están certificados con el sello Passivhaus. Las casas construidas bajo este estándar se caracterizan por consumir hasta un 90% menos de energía que una normal y un 75% menos que una de obra nueva. El o bjetivo de este certificado es construir casas de consumo de energía casi nulo para cumplir el objetivo fijado en la Directiva comunitaria 2010/31. Características de las casas pasivas Existen cinco principios distintivos en la construcción de las casas pasivas: Alto aislamiento térmico Es fundamental el aislamiento de la envolvente del edificio, que incluye la fachada, la cubierta y el suelo, para evitar pérdidas de calor en invierno y que no sea necesario el aire acondicionado en verano. El grosor del aislamiento varía según el clima de la zona en la que esté instalada la edificación. En las fachadas se utiliza el sistema SATE o sistema de aislamiento térmico por exterior, con aislamientos que rozan los 12 y 16 centímetros. El objetivo del aislamiento es que la envolvente sea continua. Ventanas y puertas de alta eficiencia Las ventanas en las casas pasivas son de triple acristalamiento, con cristal bajo emisivo y rellenas de un gas inerte para ser más aislantes, mientras que en las casas convencionales se utilizan vidrios simples o dobles en las ventanas. Es importante dónde se colocan y extremar el cuidado del montaje porque el sellado entre el marco y la fachada es fundamental para asegurar la estanqueidad. Sin puentes térmicos Un puente térmico es una zona de la envolvente de un edificio en la que se transmite más fácilmente el calor que en las zonas aledañas debido a una variación de la resistencia térmica. En definitiva, se trata de un lugar en el que se rompe la superficie aislante. Las casas pasivas están libres de puentes térmicos en ventanas y forjados, con el fin de preservar su eficiencia. No obstante, en aquellos puntos en los que hay puentes se emplean materiales con una resistencia térmica mayor. Estanqueidad al aire Impide el paso del aire del exterior al interior y viceversa, situación que se produce de forma habitual en la construcción tradicional a través de ventanas, huecos y puertas. Sin embargo, las casas pasivas tienen una estanqueidad del aire de 0,6 renovaciones/hora, mientras que las casas convencionales se mueven entre 5 y 7 renovaciones en los mejores casos y 10-12 en los peores. Ventilación mecánica con recuperación de calor La ventilación en las casas pasivas no se hace abriendo las ventanas, sino a través de un sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor que filtra el aire del exterior al interior y a la inversa. De esta forma se aprovecha el calor que desprenden los electrodomésticos y las personas por el sistema de ventilación, calentando el aire limpio entrante antes de expulsar el aire interior. Con este sistema se limita la demanda de calefacción y refrigeración a 15 kWh y se consigue un ambiente saludable, ya que el aire es filtrado. Construcción de una casa pasiva paso a paso El sistema constructivo es similar al de la construcción de una vivienda no pasiva, con la diferencia de que en cada fase hay un aporte extra de elementos aislantes y uso de materiales más específicos y de calidad que favorecen la ausencia de puentes térmicos, evitan la filtración de aires y logran una recuperación del calor. Es esencial disponer de una localización óptima así como de una orientación adecuada de la vivienda: Colocación de los cimientos y del forjado. Los cimientos tienen que colocarse con mucha precisión según los planos de construcción. El forjado es un poco más sencillo de colocar, pero aún así hay que hacerlo con mucho cuidado y debe llevarse a cabo por expertos de la construcción. Levantar las paredes. Para una casa pasiva, es importante que las paredes estén muy bien aisladas. Esto puede hacerse utilizando diferentes tipos de materiales que aislarán el interior de la vivienda tanto térmica como acústicamente. Colocar el tejado. Tiene que estar perfectamente aislado para alcanzar el estándar de casa pasiva. Instalar las ventanas y puertas. Tienen que estar especialmente diseñadas para las casas pasivas. Deberán estar muy bien aisladas y ser herméticas. Cómo convertir una vivienda en pasiva Si ya tienes una casa también hay posibilidades de conseguir que se convierta en una vivienda pasiva con algunas reformas. En primer lugar hay que instalar aislamiento térmico para que no haya filtraciones de aire ni pérdidas de calor, eso implica cambiar ventanas y puertas y poner aislamiento en las paredes. La instalación de un recuperador de calor servirá para mantener la temperatura confortable durante todo el año, sin necesidad de abrir las ventanas. El precio de una casa pasiva El precio de una casa pasiva es mayor que el de una convencional. De media, tiene un sobreprecio comprendido entre el 4 y 8% con respecto a una casa normal. Sin embargo, su menor consumo energético hace que este sobrecoste pueda amortizarse en pocos años (algunos expertos hablan de un periodo comprendido entre cinco y diez años). Además, su menor consumo energético permite obtener un ahorro significativo (el ahorro en calefacción y refrigeración puede llegar, en el mejor de los casos, al 80 o 90%). Exterior de una casa pasiva Ventajas de las Passivhaus Una casa pasiva ofrece numerosas ventajas. Entre las más destacadas se encuentran las siguientes: Ahorro en el consumo de energía. Sin duda, es el beneficio más destacado. Este ahorro puede llegar al 70% en el caso de una vivienda de obra nueva. Como consecuencia directa de ello también genera un ahorro económico, al no tener que gastar tanto en energía para mantener el confort dentro de la casa. Poco contaminante. Una casa pasiva contamina menos porque consume menos energía. Además, cuando necesita energía siempre es renovable, por lo que las emisiones de CO2 durante el ciclo de vida de la casa son mínimas. Saludable. Gracias a la renovación constante del aire interior, que evita el aire viciado y las humedades en la vivienda. Además, se utilizan materiales naturales en su construcción y pinturas libres de tóxicos. Amortizable. Pese a que la construcción de una casa pasiva siguiendo el estándar Passivhaus supone un incremento en el precio, éste se compensa posteriormente con el ahorro en el consumo energético. Como has podido ver, las casas pasivas constituyen una alternativa interesante si buscas una vivienda eficiente que además destaque por su menor consumo de energía.