Las humedades en casa son un problema habitual que daña tanto el interior como el exterior de la vivienda y que resulta muy perjudicial para la salud; en especial la de los niños y la de las personas mayores. En algunas ubicaciones las humedades son un mal endémico y suelen acentuarse en los meses de otoño e invierno donde viene acompañada de una mayor sensación de frío. Las humedades se manifiestan a través de manchas y malos olores en paredes y techos normalmente, pero también se hacen presentes en daños al mobiliario. Lo grave es que muchas veces se detectan tarde y hay muchos tipos de humedades: goteras, filtraciones, condensación, fugas, etc. Dado que a ninguno nos gusta tener humedades en casa, te enseñamos cómo reducirlas y prevenirlas. Tipos de humedades que puedes encontrar en tu casa Humedades en el suelo: Los materiales de la construcción absorben el agua del terreno a través de muros o cimientos. Se percibe en las zonas bajas de la vivienda que están en contacto con el terreno. Humedades por filtraciones: El agua de lluvia se cuela en la vivienda por las zonas más débiles, como pueden ser las uniones de muros con los suelos o el forjado superior. Estas juntas suelen recibir el agua de forma vertical o con mucho viento, lo que puede romper estos cerramientos o acabados. Humedades accidentales: Suelen proceder de situaciones puntuales, como las goteras en el techo por fallos en la vivienda del vecino o en las paredes de baños por filtraciones de la ducha. Básicamente, son defectos de diseño o proceden de un escaso mantenimiento. Humedades por condensación: Son las más habituales en invierno, cuando se produce una diferencia importante entre la temperatura interior y la exterior y se perciben claramente en cristales y algunas paredes. También son habituales en baños poco ventilados Consejos para prevenir las humedades Las humedades se presentan en lugares con mala ventilación por lo que resulta primordial abrir puertas y ventanas de vez en cuando para que corra el aire. Suelen aparecer también en lugares donde no llega la luz del sol, por lo que abrir espacios para que la luz natural llegue más lejos es importante. Si no hay ventanas, podemos recurrir a los deshumidificadores o a extractores de aire Según el tipo de vivienda que tengamos, conviene revisar fisuras en la fachada y el tejado cada dos o tres años. Si tenemos este tipo de humedades, veremos manchas blancas en la fachada o bien zonas de musgo o moho. Si es el caso, los expertos recomiendan limpiar antes de la época de lluvias, los canalones, bajantes y desagües. También es recomendable evitar los golpes fuertes en puertas y ventanas, porque pueden ocasionar pequeñas fisuras por donde se cuele después la humedad. Las filtraciones causadas por las precipitaciones son fáciles de ver porque crecen en los días de lluvia. Algo parecido ocurre con las humedades accidentales, que crecen deprisa en forma de manchas concéntricas a medida que el agua se acumula. Para evitar el exceso de humedad en la vivienda, los interioristas aconsejan limitar el número de plantas en el interior y tener una secadora como alternativa a secar dentro de la casa. La humedad de las prendas se queda dentro y eso no es bueno. Pocas plantas en el interior y una secadora reducen las humedades en la vivienda También reducen la humedad en la vivienda cocinar usando el extractor o con las ollas tapadas. Si eres fan de la cocina al vapor o descongelas o cueces marisco, cierra la puerta de la cocina y abre la ventana mientras lo hagas porque la humedad que generas es muy elevada. Y en cuanto a la calefacción, es malo tenerla por encima de los 20 grados porque un exceso de calor puede resecar el ambiente y tendrías que compensarlo metiendo humedad en tu casa. Un último consejo sería redistribuir los muebles para que tengas una mejor ventilación natural y evitar que estén pegados a las paredes. Y si ya las tienes en casa… Las alfombras y los colchones viejos atraen la humedad. Así que es muy probable que tengas que deshacerte de ellos si notas que la humedad ya ha hecho mella en cualquiera de ellos. También el yeso queda muy afectado por las humedades. El moho provoca que se agrieten y deterioren con rapidez. Si te encuentras humedades en armarios o habitaciones pequeñas (se huele) puedes recurrir a trucos caseros como son el bicarbonato, la sal y el arroz. Los tres elementos atraen la humedad. En un espacio abierto un kilo de sal en un plano llano absorberá las humedades de forma natural. En un espacio cerrado o más pequeño una pequeña bolsa de tela llena de arroz también hará el trabajo. Si tienes a tu disposición carbón vegetal o tizas también harán un buen trabajo de absorción de humedades. Las manchas por humedades se pueden eliminar con agua y jabón Las manchas por humedades se pueden eliminar con agua y jabón cuando son pequeñas o llevan poco tiempo. Si no es así, habrás de aplicar una solución de agua y cloro una vez que te hayas deshecho de los hongos con una espátula. Otros productos que eliminan los hongos y el moho sin química son el vinagre blanco y el aceite del árbol del té (conocido por las madres pro sus propiedades anti-piojos). Si los daños son mayores, conviene pintar con pintura anti-humedad una vez solventado el problema. Un buen profesional te explicará exactamente la que mejor se adapta a tus necesidades, pero te contamos que existen algunas con efecto retardante que impiden la formación de humedades. Por último, si las humedades son un problema mayor, el mejor consejo es tomar nota de todas las que te has encontrado en la vivienda y realizar una reforma que incluya doble acristalamiento en las ventanas, nuevos materiales como el PVC y la mejora del aislamiento exterior de las paredes. Las humedades en casa son un problema habitual que daña tanto el interior como el exterior de la vivienda y que resulta muy perjudicial para la salud. Se manifiestan a través de manchas y malos olores en paredes y techos normalmente. No obstante, existe toda una batería de trucos sencillos que pueden ayudarte a evitarlas o prevenirlas.