Llegar del trabajo y encontrarse la casa con una temperatura confortable, que las luces se regulen solas según la actividad de cada estancia o que las persianas suban o bajen en función del sol no es ciencia ficción, son solo algunas de las labores cotidianas que pueden realizar las smart homes. Gracias a las nuevas tecnologías y la domótica es posible automatizar muchas de las funciones diarias de una vivienda y, además, reducir el consumo energético. ¿Quieres saber cómo? En este artículo te contamos qué son las casas inteligentes, qué ventajas aportan y cómo convertir tu vivienda en una de ellas. ¿Qué son las smart homes o smart houses? Seguramente has oído hablar muchas veces de casas inteligentes, smart houses o casas domóticas. No obstante, es posible que no sepas exactamente qué son ni si tu vivienda puede serlo. En realidad, las capacidades de las casas inteligentes son muy amplias. Para despejar tus dudas debes saber que las smart homes son aquellas que disponen de la tecnología necesaria para controlar de forma remota y automatizada algunos elementos de la vivienda como la iluminación, la climatización, el sistema de vigilancia, los sensores de proximidad o incluso los electrodomésticos. Otra característica destacada de las smart houses es que hacen un uso más eficiente de la energía. No te pierdas: Cómo calcular potencia eléctrica necesaria para tu vivienda. Como ves, las posibilidades de personalización que ofrece una smart home son casi infinitas. Esta automatización es posible gracias a que estos elementos (climatización, iluminación, etc.) están conectados entre sí mediante sistemas inalámbricos o cableado. Estos, a su vez, son gestionados de manera remota por un tercer dispositivo que actúa como centro de control y que puede ser un teléfono móvil, un tablet, un altavoz inteligente... En ocasiones, los encargados de controlar estas funciones son los asistentes virtuales desarrollados por empresas como Amazon (Alexa), Apple (Siri), etc. Por lo tanto, las únicas condiciones para que una casa sea inteligente es contar con estos dispositivos capaces de funcionar por sí mismos (como veremos más adelante, no todos sirven), y además disponer de una buena conexión wifi para gestionarlos. De todos modos, debes tener en cuenta que las casas domóticas pueden tener diferentes niveles de inteligencia o automatización. Es decir, a lo mejor una solo es capaz de regular la temperatura a distancia, mientras que otra es capaz de gestionar todos los aspectos que te hemos comentado unas líneas más arriba. Cada vez es mayor el número de compañías que ofrecen productos que operan de forma inteligente: bombillas que se encienden y apagan solas; aspiradoras que funcionan de forma autónoma; termostatos inteligentes, etc. De hecho, se calcula que el negocio de las smart houses podía llegar a facturar 50.000 millones de euros en el año 2022. ¿Qué características tiene una smart house? Las smart houses se caracterizan porque son más seguras, cómodas y eficientes gracias a las innovaciones tecnológicas que incorporan y a que son capaces de realizar de forma automatizada algunas rutinas domésticas diarias. Son casas adaptadas a las necesidades de los individuos que viven en el hogar. Son más confortables. Permiten controlar las tareas del hogar de forma sencilla y rápida a través del móvil o la voz. Además, las casas inteligentes aprenden los hábitos y rutinas de la casa y actúan en consecuencia sin necesidad de la intervención de una persona (por ejemplo, conectando la calefacción antes de que te levantes, subiendo las persianas a determinada hora, etc.). Finalmente, son capaces de programar el uso de los electrodomésticos en las horas con las tarifas eléctricas más reducidas. Aportan mayor seguridad. La existencia de sensores de humo y agua hacen que las smart homes detecten cualquier anomalía, como la rotura de una tubería o un incendio. Además, los sensores de movimiento, las cámaras inteligentes de seguridad y las cerraduras electrónicas permiten controlar el acceso a la vivienda a distancia y estar prevenido contra posibles robos. Incrementan el ahorro energético. Esto es posible porque se hace un uso eficiente de todos los electrodomésticos, de la iluminación y la climatización. Por ejemplo, los termostatos inteligentes gestionan la temperatura de la vivienda en función del número de personas que hay en ella, la temperatura exterior, etc. Este elevado grado de automatización hace que las smart homes proporcionen un ahorro de luz, agua y gas. ¿Cómo convertir tu hogar en una smart home? Si tu casa tiene algunos años y no cuenta de origen con la domótica necesaria para ser inteligente, no te preocupes: incorporando algunos dispositivos puedes hacer que tu vivienda pase a ser una smart house. Disfrutar de una smart house es algo que ahora mismo está al alcance de muchos bolsillos. No obstante, es muy importante que desde el principio tengas claro qué funciones de tu hogar quieres automatizar, ya que como te hemos comentado antes hay numerosas posibilidades: no es lo mismo querer tener simplemente unas bombillas autónomas que una vivienda completamente inteligente. Si estás pensando en convertir tu casa en una smart home, toma nota de las tecnologías y equipos más habituales que te ayudarán a conseguirlo: Iluminación. La instalación de bombillas inteligentes permite adaptar el nivel de iluminación a la luz solar, la zona de la casa y la presencia de personas. Estas bombillas regulan la intensidad, la temperatura e incluso el color de la luz. También se pueden instalar enchufes inteligentes para encender y apagar los electrodomésticos de forma remota o programada. Climatización. Existen diferentes opciones para el control de la climatización a través de válvulas termostáticas o de termostatos inteligentes. Controlan en todo momento la temperatura de la smart home y son capaces de encender y apagar la calefacción o el aire acondicionado de forma programada, a distancia (desde un teléfono móvil, por ejemplo) o incluso por proximidad (cuando detectan que nos estamos acercando a casa o entramos en una determinada habitación). Un termostato inteligente puede suponer un ahorro energético de entre el 20 y 40% Apertura y cierre de toldos y persianas. Solo necesitas instalar un motor en las persianas y toldos para conseguir su apertura remota. También hay aplicaciones que facilitan la apertura y cierre automatizado según las condiciones meteorológicas y la hora del día. Cerraduras inteligentes. Con la instalación de estas cerraduras electrónicas no necesitas llaves para entrar en casa: simplemente con la huella digital, un código o el móvil puedes acceder al interior. También puedes autorizar el acceso de determinadas personas (por ejemplo, a la persona encargada de la limpieza). Electrodomésticos autónomos. Algunos ejemplos son las lavadoras que seleccionan el programa en función de la cantidad de ropa y la suciedad; los frigoríficos que avisan de los alimentos que se han terminado y los hornos capaces de funcionar en remoto para que la comida esté hecha cuando llegas a casa. Además, estos electrodomésticos programan su funcionamiento en los horarios en los que la tarifa eléctrica es más barata. Sistemas de vigilancia conectados. Gracias a los sensores de movimiento y las cámaras son capaces de detectar la presencia de personas y de captar imágenes o vídeos y enviarlos a un teléfono móvil u ordenador. Asimismo, pueden activarse y desactivarse a distancia. Al margen de todas estas tecnologías, en el mercado pueden encontrarse otros muchos dispositivos que te ayudarán a disfrutar de tu smart house: aspiradoras inteligentes capaces de fregar, sistemas de riego autónomos, purificadores de aire, sensores de presencia que encienden las luces, básculas que hacen un seguimiento de tu peso e índice de grasa corporal, etc. Llegados a este punto, la pregunta es: ¿cuánto cuesta adaptar una casa para convertirla en una smart house? No es fácil dar una respuesta universal, porque el presupuesto depende de la tecnología que se utilice, los elementos que se quieren automatizar, el sistema empleado y la tipología de vivienda. No obstante, los precios medios pueden rondar los 600-3.000 euros en el caso de un piso pequeño; los 3.000-5.000 euros si se trata de una vivienda unifamiliar; y los 5.000-8.000 euros si la adaptación se lleva a cabo en un chalet grande. Eso sí, recuerda que esta inversión se amortizará con el ahorro en electricidad, agua y gas que ofrecen las casas inteligentes.