Los problemas de convivencia que generan las mascotas en una comunidad de vecinos es un tema recurrente en las juntas. Las discusiones entre los propietarios de las mascotas y los vecinos que quieren prohibir su presencia en los pisos son habituales. En este artículo vamos a darte las claves sobre cómo convivir con tu perro en tu casa y que los vecinos no protesten. En España hay contabilizadas 13 millones de mascotas, de las que el 93% son perros y un 6% gatos, aunque no es fácil verificar esta cifra porque no todo el mundo registra su mascota. Los animales de compañía han aumentado un 40% en los últimos cinco años. Encontrar un edificio donde no haya un animal de compañía es difícil: se calcula que uno de cada cuatro hogares tiene mascota, según los datos de la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC). Aunque casi es más difícil localizar una comunidad donde no se hayan producido discusiones vecinales motivadas por la presencia de animales. De hecho, hay vecinos que proponen prohibirlos en su comunidad. La duda es ¿puede una comunidad de propietarios prohibir a un vecino tener un perro en casa? No pueden prohibirte tener un perro en tu casa La respuesta es clara: la comunidad de propietarios no puede prohibirte vivir con una mascota en tu casa, porque no hay ningún precepto legal que contemple esta prohibición. De hecho, si en los estatutos de la comunidad de propietarios se incluye la prohibición de tener un perro en casa se puede impugnar porque prima el derecho individual del dueño del perro. El único caso en el que te pueden prohibir tener mascotas en casa es cuando la vivienda es alquilada. En ese caso, el propietario sí puede prohibir al inquilino que viva con un perro en su casa, aunque debe incluirlo en las cláusulas del contrato de arrendamiento. Si a pesar de esta prohibición, el arrendatario mete un perro en casa, el arrendador puede rescindir el contrato de alquiler. Sólo cuando la vivienda es alquilada, el propietario puede prohibir al inquilino que tenga una mascota Normativa La Ley de Propiedad Horizontal ( ver texto legal), que regula las normas de convivencia en una comunidad de vecinos, recoge los supuestos en los que la actividad de un vecino puede ser denunciada. Estas actividades recogidas en el artículo 7.2 hacen referencia a todas aquellas que “resulten dañosas para la finca o que contravengan las disposiciones generales sobre actividades molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas”. Y es en estos supuestos donde se engloban las posibles molestias que pueden causar los perros en una comunidad. De acuerdo con esta normativa, si tu perro ladra de forma reiterada o no deja dormir a los vecinos por la noche, el presidente de la comunidad tiene potestad para pedirte que soluciones el problema, porque el ruido está considerado como un daño moral. De hecho, los ladridos de un can pueden superar con facilidad los límites de ruido establecidos en las ordenanzas municipales sobre contaminación acústica. En el caso de que no hagas caso de las quejas y tu perro siga ladrando a horas intempestivas o cause otro tipo de molestias al resto de vecinos, la comunidad puede denunciarte y llevarte a juicio para zanjar la situación. Si la sentencia es favorable a la comunidad deberás indemnizar a los vecinos por daños y perjuicios e incluso puedes ser condenado a abandonar la vivienda por un periodo máximo de tres años.Lógicamente, también deberás subsanar el problema que originó la demanda. Normas de convivencia para tener un perro en tu comunidad El hecho de no poder prohibirte que tengas un perro en casa no significa que tu mascota pueda hacer lo que quiera en la comunidad, ya que tus derechos como propietario no deben vulnerar los del resto de ocupantes de tu edificio. Así, existen unas normas que debes respetar en cuanto al uso de las zonas comunes. Por otro lado, las comunidades de propietarios pueden incluir en sus estatutos ciertas normas que regulen la convivencia con animales en los espacios comunes. Es recomendable que consultes los estatutos de tu complejo residencial para ver si existen determinadas reglas relacionadas con los animales de compañía y para que puedas vivir con tu perro respetando al resto de vecinos. En términos generales, estas son las normas que debes respetar en la comunidad si tienes un perro: Lleva el perro atado en las zonas comunes para evitar molestias a los vecinos. Debes ser consciente de que hay gente que tiene miedo a los perros o que no les gustan, por lo que pueden sentirse intimidados si el animal anda suelto por las escaleras, los jardines o los espacios de uso común. Utiliza el ascensor con precaución y educación. No hay ninguna regla que prohíba el acceso del perro al ascensor. No obstante, sé considerado si vas con tu mascota: si un vecino no quiere utilizarlo a la vez por miedo, alergia o cualquier otro motivo conviene que cedas su uso para evitar una disputa innecesaria. Limpia y recoge los excrementos. Debes evitar que el perro haga sus necesidades dentro de la comunidad, pero si en alguna ocasión lo hace debes limpiarlo antes de que los vecinos puedan llamarte la atención. Evita los ladridos. En realidad, se trata de educar al perro para que sus ladridos no perturben el descanso de los vecinos. Es admisible un ladrido puntual, pero no que tu mascota esté todo el día haciendo demasiado ruido. No dejes al perro en la terraza. Aunque está dentro de tu casa, algunas ordenanzas municipales prohíben que los perros estén continuamente en la terraza o el patio por las molestias que pueden causar a los vecinos. Registra y vacuna al perro. De este modo, si se produce algún problema con un vecino siempre podrás demostrar que tu perro cumple todos los requisitos exigidos por las ordenanzas municipales que regulan las obligaciones de los propietarios para tener animales en casa. Como ocurre con otras normas básicas de convivencia, la clave para vivir con tu perro en un edificio es respetar los derechos del resto de vecinos y causar las menos molestias posibles. Si tú eres educado y respetuoso con ellos, ellos lo serán contigo si surge un problema puntual (por ejemplo, que una noche tu mascota ladre más de la cuenta). De todos modos, no olvides consultar el estatuto de tu comunidad de propietarios o hablar con el presidente para conocer si existen normas específicas para los animales de compañía. Si sigues todos estos consejos, evitarás problemas con los vecinos y conseguirás que la convivencia sea agradable.