El gas natural es un combustible económico y con un gran poder calorífico, características por las que se ha convertido en una energía muy demandada. Sin embargo, el precio del gas ha aumentado enormemente en el último año, un 800% si se compara con el mes de marzo del año pasado, desde 17,36 €/MWh a 159 €/MWh. Detrás de esta fuerte subida del gas está la guerra en Ucrania, aunque el precio del gas ya había empezado a subir durante el año 2021. Fuerte subida del precio del gas por la guerra La guerra en Ucrania ha multiplicado por dos el precio del gas. Antes del comienzo del conflicto armado que tuvo lugar el 24 de febrero, tras declararse la independencia de las regiones ucranianas de Donestsk y Lugansk, el precio del gas en el MIBGAS se fijaba en 113,05 €/MWh, pero una semana más tarde, en concreto el 7 de marzo, alcanzaba un precio de 194,15 €/MWh, es decir, un 71% más. El precio del gas subió 1€ cada hora el día que se inició la invasión de Ucrania. En el mercado mayorista de futuros del gas TTF el precio aumentó ese día hasta los 264,99 €. La razón de este fuerte impacto del conflicto en el precio del gas se justifica en que Rusia es uno de los principales países exportadores de gas natural, en concreto, el 41% del gas natural que necesita la Unión Europea procede de Rusia. Además, las sanciones impuestas a Rusia por la Unión Europea y Estados Unidos han contribuido a aumentar más los precios del gas y de la luz, dada su estrecha relación. España no es tan vulnerable porque solo el 10% del gas que se consume aquí procede de Rusia, sin embargo, otros países europeos dependen casi exclusivamente del gas ruso. De las sanciones a la reducción del suministro de gas Europa acordó imponer sanciones a Rusia por el conflicto con Ucrania que se han concretado en la paralización de la puesta en marcha del gaseoducto Nord Stream 2 que recorre el Mar Báltico uniendo Rusia con Alemania. Desde Estados Unidos, el presidente Joe Biden estableció sanciones para las empresas que forman parte de este proyecto como Gazprom, Shell o Engie. Esta paralización del gaseoducto ha contribuido a la subida del precio del gas. Como respuesta la empresa estatal rusa Gazprom ha cortado el suministro de gas a algunos países europeos como Alemania, Dinamarca, Países Bajos, Italia o Francia en las últimas semanas, alegando problemas técnicos. Con anterioridad ya había suprimido el suministro de gas a Polonia, Bulgaria y Finlandia, aunque estos recortes no afectaron al precio del gas. Sin embargo, con los últimos ajustes en el envío de gas desde Rusia a Europa, el precio del gas ha aumentado. El precio del gas ha repuntado un 50% en el mercado de futuros del TTF desde que se produjo la primera reducción del flujo de gas a través del gaseoducto del Nord Stream. Este gaseoducto puede transportar 60.000 millones de metros cúbicos de gas al año desde la ciudad rusa de Viborg hasta la ciudad alemana Greifswald. Cada día Gazprom enviaba 167 millones de metros cúbicos a través de este gaseoducto, pero ahora el flujo se ha reducido hasta 67 millones por problemas en los equipos de bombeo, consecuencia de las sanciones europeas, según Gazprom. Aunque el suministro de gas a todos los países europeos está asegurado, cada país ha iniciado planes alternativos para depender menos del gas ruso. Búsqueda de alternativas al gas ruso La reacción de la Comisión Europea para contrarrestar estas medidas ha sido potenciar la iniciativa RePowerEU con la que quiere reducir la dependencia de los combustibles fósiles de Rusia antes de 2030. Con el plan RePowerEU se trata de diversificar las fuentes de suministro de gas, dando un mayor peso al gas natural licuado y a otros combustibles como el hidrógeno verde, para reducir las importaciones de gas ruso. Sin embargo, es difícil que estas medidas se implementen con rapidez, por lo que el aumento actual de la demanda de energía ha provocado el incremento de los precios. Por el momento, España y Portugal han conseguido quedar al margen de las subidas del precio del gas porque tienen menos dependencia del gas ruso y han conseguido que la Comisión Europea apruebe fijar un tope del precio del gas en torno a los 48,8 € de media durante un año, para controlar la subida del precio de la luz.