No puedes pagar la hipoteca de tu casa, el banco ha reclamado judicialmente la deuda y ha ganado. En unos 40 días hábiles (20 para que la sentencia sea firme y otros 20 para que pueda ejecutarse) comenzará el proceso para quitarte tu vivienda, que es la garantía del préstamo que no puedes pagar. A estas alturas, lo único que ronda tu cabeza es cómo evitar un embargo. Si has dejado que la situación llegue a este punto en el que te avisan de la inminencia del embargo de tu casa (denominado lanzamiento o desahucio) es que te han ido muy mal las cosas. Sin embargo, existen algunas alternativas que pueden evitar que te quedes sin vivienda. La ley hipotecaria establece que la ejecución de la hipoteca no puede realizarse hasta que se haya producido el impago de doce meses o más del 3% de la deuda si te encuentras todavía pagando la primera mitad de la hipoteca; y 15 meses o más del 7% del préstamo si se trata de la segunda mitad. Si éste es tu caso, vamos a ver qué hacer para que no te embarguen. Negocia con tu banco Lo primero que debes hacer es comprobar si existen defectos en el procedimiento de embargo. La segunda solución más sencilla para no quedarte sin casa es, logicamente, abonar la deuda pendiente (o aceptar un depósito que avale la deuda). Si ninguna de estas soluciones es válida, la mejor forma de evitar un embargo es ser realista y 'coger el toro por los cuernos'. Si ves que no vas a poder pagar la hipoteca de tu casa no esperes hasta el último momento y habla con tu banco para exponerle tu situación. Las entidades financieras son las primeras que no quieren pisos embargados -aún tienen el recuerdo de la última burbuja inmobiliaria-, sino dinero. Intenta por todos los medios evitar el proceso judicial, ya que, además de poner en serio peligro tu vivienda, te obligará a pagar no solo la deuda contraída, sino hasta un 30% adicional en concepto de intereses de demora y costas de todo el proceso. Por este motivo, lo mejor es que negocies con el banco alguna alternativa para poder hacer frente a tu delicada situación económica y así evitar el embargo. Existen estas opciones: Aplazar los pagos del préstamo hipotecario. Si tu banco acepta esta opción, además de postponer el pago de algunas mensualidades, te ahorrarás los intereses devengados y las sanciones por la demora. Si tu fragilidad económica es solo temporal, esta puede ser una buena opción para evitar el embargo de tu vivienda. Ampliación del plazo de la hipoteca. Al ampliar la duración del préstamo, las cuotas son más bajas. Eso sí, a costa de unos intereses mayores. Solicitar una carencia total o parcial. Permite que no pagues las mensualidades o la parte correspondiente al capital, respectivamente, durante el tiempo que negocies. Es una alternativa que implica que acabes pagando más dinero por tu casa, ya que se irán acumulando intereses o se generarán sobre un capital mayor cuando la carencia finalice. Código de Buenas Prácticas Si realmente te encuentras en una situación de precariedad, otra cosa que puedes hacer para que no te embarguen es acogerte al Código de Buenas Prácticas al que están adheridos la mayoría de los bancos. Este código establece diferentes medidas destinadas a reestructurar o solventar la deuda hipotecaria de los clientes más vulnerables: Medidas para reestructurar la deuda: ofrecer una carencia parcial de capital durante cinco años, ampliar la hipoteca hasta los 40 años y rebajar el interés de la hipoteca. Solicitar una quita sobre una parte del capital adeudado. Dación en pago: consiste en liberar la deuda entregando la vivienda como pago. Las familias afectadas por esta medida podrán permanecer durante dos años en la casa abonando un alquiler asequible. Eso sí, la dación en pago solo está destinada a familias en umbral de exclusión: ingresos familiares inferiores a tres veces el IPREM (1.613 € al mes), cuota hipotecaria superior al 50% de los ingresos netos de la unidad familiar o que la unidad familiar haya experimentado un cambio significativo en su situación económica durante los cuatro años anteriores al momento de la solicitud. Un aspecto que debes tener en cuenta: estas formulas negociadas con tu entidad financiera deben estar plasmadas en un acuerdo entre las dos partes. Otras alternativas para evitar un embargo Junto a negociar con el banco, existen otras opciones -complementarias o no- para tratar de evitar el embargo de tu casa. HelpMyCash, por ejemplo, sugiere comprobar si dispones de una cláusula de protección de pagos o desempleo en tu hipoteca o seguro del hogar. Es importante que mires bien la letra pequeña del contrato para ver qué coberturas tienes. Si tienes contratada la protección de pagos, lo normal es que sea válida durante un periodo de hasta doce mensualidades: un balón de oxígeno para mejorar la situación financiera o negociar con tu entidad antes de que todo empeore. Otras opciones son alquilar una parte de la vivienda para generar ingresos adicionales o incluso venderla, una operación que puede resultarse más beneficiosa económicamente que ver como es subastada para hacer frente a tu deuda. Ley de Segunda Oportunidad Lo último que puedes hacer para que no te embarguen es declararte en quiebra -como si fueras una empresa- y solicitar el concurso de acreedores de particulares. Esta opción se denomina Ley de Segunda Oportunidad y tiene muchos condicionantes. Se trata de un proceso de dos fases que te permitirá evitar que te embarguen la vivienda por el impago de la hipoteca. Dicho de otra manera, es la alternativa para parar un embargo judicial o cancelar deudas ejecutivas. Tan pronto como presentes la solicitud de inicio del expediente de segunda oportunidad, todos los embargos quedarán suspendidos. Pero antes deberás superar la fase del acuerdo extrajudicial de pagos, que consiste en renegociar tus deudas con la ayuda del mediador concursal que nombrará un notario público. Este acuerdo consiste en reestructurar tu deuda en un plazo máximo de cinco años, y está supeditado a que el 60% o más de los acreedores acepten las condiciones. Por lo general, si te planteas la Ley de Segunda Oportunidad es porque la deuda hipotecaria no es la única que tienes. De lo contrario, bastaría con negociar con el banco (como hemos apuntado más arriba). Si aplicas bien las ventajas de esta ley podrás quitarte algunas deudas a cambio de perder tus bienes. Si te quitan la vivienda bajo el amparo de esta ley es porque la entregas para saldar deudas y te podrían perdonar la diferencia entre lo que vale y la deuda hipotecaria que acumulas. Sí, te quitan la casa, pero puedes dejar de pagar el préstamo hipotecario. Sin embargo, aunque acogerte a la Ley de Segunda Oportunidad permite evitar el embargo de tu casa, tendrás que demostrar que no puedes afrontar tus deudas y que has intentado alcanzar un acuerdo con tus acreedores de buena fe. Los requisitos legales para poder acogerte a esta ley son: Se ha celebrado o intentado celebrar un acuerdo extrajudicial de pagos, tal y como establece la Ley Concursal. Durante el concurso has demostrado que no has incumplido tus obligaciones contables y que has presentado la documentación requerida. Has demostrado que no tienes condenas previas por delitos contra el patrimonio o similares Aceptas someterte a un plan de pagos y no te has acogido a la Ley de Segunda Oportunidad en los últimos diez años. Como has podido ver, incluso aunque te encuentres en una situación económica muy delicada existen varias alternativas para tratar de evitar un embargo. Al margen de revisar posibles irregularidades en el proceso judicial o hacer frente a la deuda pendiente, la mejor solución es intentar negociar con el banco alguna de las opciones disponibles para poder hacer frente al préstamo (aplazar las mensualidades, ampliar el plazo de la hipoteca o solicitar una carencia total o parcial). Si tu situación es realmente crítica también puedes recurrir al Código de Buenas Prácticas, que incluye medidas para reestructurar o solventar la deuda hipotecaria de los clientes más vulnerables de las entidades bancarias, e incluso a la Ley de Segunda Oportunidad.