Las caídas en el cuarto de baño son las que con más frecuencia se producen en las personas mayores. Un resbalón en el suelo mojado, la pérdida de equilibrio al entrar en la bañera o un golpe contra el mobiliario son habituales. Las consecuencias de estos accidentes derivan en fracturas de cadera y lesiones cerebrales que provocan una pérdida de la calidad de vida de los mayores. Una forma de proteger a las personas mayores es reformando el baño para adaptarlo a sus necesidades. Antes de iniciar la adaptación del baño para personas mayores se debe contar con el asesoramiento de profesionales de la reforma que orienten sobre los materiales más adecuados. También hay que consultar a un terapeuta ocupacional para que valore la capacidad funcional de las personas que viven en la vivienda y decidir en función de las condiciones de la casa los cambios que hay que acometer. Por ejemplo, si tienen problemas de equilibrio hay que sustituir la bañera por un plato de ducha, instalar asientos y asideros en la ducha, el lavabo y el inodoro. Si las personas mayores tienen problemas de fuerza o dificultad de movimiento es conveniente poner alzas en los sanitarios o bien sustituirlos por modelos suspendidos, mientras que ante los problemas de visión, la solución se centra en reforzar la iluminación del baño. Conforme las deficiencias físicas de las personas aumentan es necesario realizar mayores actuaciones en las viviendas para hacerlas más accesibles, una tarea todavía pendiente en la mayoría de los hogares. El Libro Blanco de Accesibilidad 2004-2012 estimaba que la mitad de los hogares españoles no cuentan con baños accesibles y solo el 4% tiene espacio suficiente para moverse en silla de ruedas. ¿Qué reformas deben hacerse en un baño adaptado a personas mayores? Para hacer un baño seguro y cómodo para las personas mayores hay que actuar sobre todos los elementos, desde la puerta de entrada hasta los accesorios del baño: Puerta de acceso. Para que el acceso sea más cómodo, conviene sustituir la puerta abatible de acceso por una corredera. Con este cambio se elimina el obstáculo de la puerta abierta y además facilita el paso con silla de ruedas o andador. Ducha. El cambio de la bañera por una ducha es la primera reforma que se plantea para adaptar el baño a las personas mayores, porque la ducha es más accesible y segura que la bañera. La ducha debe cumplir unas condiciones, debe estar enrasada, es decir, instaladas a ras de suelo para evitar escalones y desniveles para su acceso. El plato de la ducha debe ser extraplano y de un material antideslizante, como puede ser la resina, para evitar resbalones. Barras de sujeción y apoyo. Estas barras son un elemento útil para la seguridad de las personas mayores ya que pueden agarrarse al entrar o salir de la ducha o para sentarse y levantarse del inodoro. Asientos. Son un complemento que dentro de la ducha sirven para realizar con mayor comodidad el aseo. Si se instalan fijos y abatibles dentro de la ducha son más seguros. Grifería. Los más adecuados para un baño adaptado a personas mayores son los grifos termostáticos porque al controlar la temperatura se evitan accidentes por los cambios bruscos de temperatura. También es recomendable instalar grifos empotrados para evitar obstáculos, contra los que se puedan golpear las personas mayores al realizar el aseo. Por el mismo motivo, es más seguro diseñar hornacinas en la ducha para colocar los botes de gel y champú que poner estanterías para evitar golpes. Inodoros. Conviene elegir inodoros altos para facilitar el movimiento de sentarse y levantarse porque las rodillas quedan a una altura más adecuada. También es posible poner alzas en los inodoros normales para que queden más altos y cómodos para las personas mayores. Mampara. Al elegir la mampara hay que tener en cuenta el sistema de apertura. Conviene que se pueda abrir completamente para que puedan entrar con facilidad las personas mayores que tienen problemas de movilidad, pueden ser con puertas correderas o abatibles o una parte fija y otra abatible, pero la clave es que dejen espacio suficiente para entrar con facilidad. Muebles de baño. Los muebles que se incorporen en un baño adaptado para personas mayores deben tener un acceso cómodo para facilitar el movimiento de las personas, por eso es mejor sustituir los muebles con puertas que ocupan más espacio por muebles con cajones. Además, hay que tener en cuenta la altura de las baldas de los muebles porque tienen que ser accesibles con comodidad, es decir, no pueden ser muy altos porque obligan a la persona a estirarse demasiado, o muy bajos, porque tendría que agacharse y tendría un impacto negativo en las rodillas. Suelos. Tienen que ser antideslizantes porque tienen mejor agarre y contribuyen a evitar las caídas. Dentro de la variedad de suelos que pueden instalarse, una buena opción son los suelos porcelánicos o suelos vinílicos con tratamiento antideslizante. Toalleros. Hay que tener en cuenta la altura a la que se colocan para que sea cómoda de acuerdo a la estatura de las personas mayores, de manera que no tengan que forzar la postura cuando los utilizan. Iluminación. Es importante para conseguir la mejor visibilidad de las personas mayores: desde la iluminación general del baño y focos específicos en la ducha y la zona de lavabo. Hay que poner tantos puntos de luz como sea necesario para que todas las zonas estén perfectamente iluminadas. ¿Qué ayudas existen para adaptar los baños a las personas mayores? Las comunidades autónomas ofrecen ayudas para la rehabilitación de las viviendas que tienen como finalidad la mejora y adaptación a las necesidades de las personas mayores. Para solicitarlas se deben cumplir una serie de requisitos tanto de edad, a partir de 65 años, como de renta. Entre las reformas incluidas en estas ayudas públicas está el cambio de bañera por plato de ducha o la colocación de barras para facilitar la entrada en la bañera y el acceso al inodoro, la instalación de inodoros suspendidos o de asientos de ducha y elevadores de bañera.