Las residencias de ancianos y los centros de día tienen una función similar ofrecer servicios para que las personas mayores tengan una vejez saludable y activa. Estos servicios de carácter asistencial y terapéutico están dirigidos a conseguir que las personas mayores puedan mantener sus capacidades el mayor tiempo posible y cubrir sus necesidades. A pesar de tener una función similar, existen diferencias entre la residencia de ancianos y el centro de día. Imagen de Freepik Antes de analizar las diferencias entre la residencia de ancianos y el centro de día, vamos a definir cada uno y sus características principales. ¿Qué es una residencia de ancianos? Una residencia de ancianos es un centro donde las personas mayores pueden vivir de forma temporal o permanente, cuando no pueden vivir en su propio domicilio por razones familiares, sociales o económicas ya que necesitan unos cuidados especiales. En sus orígenes, las residencias de ancianos fueron creadas como asilos que daban cobijo, alimentación y alojamiento, a las personas mayores que carecían de medios económicos. Durante mucho tiempo, la atención a las personas mayores fue una tarea encomendada tanto a instituciones públicas como instituciones religiosas o ayuntamientos. Estas residencias funcionaban por caridad. En los años setenta del siglo pasado, las residencias comenzaron a funcionar como un servicio social. Con la aprobación de la Constitución de 1978 y de la Ley de Bienestar Social, el Estado pasa a ser único responsable de cubrir las necesidades básicas de todos los ciudadanos, incluidos los ancianos. ¿Qué es un centro de día para mayores? Un centro de día es un centro especializado en el cuidado, la estimulación y el desarrollo de actividades de las personas mayores para mejorar su bienestar social. Para realizar estas funciones cuentan con un equipo de profesionales que atienden a las necesidades de los mayores durante el día. Los centros de día están enfocados en conseguir que los mayores afectados con algún grado de deterioro cognitivo o físico tengan un envejecimiento activo y saludable. En estos centros los ancianos realizan actividades para mantener activa su capacidad física y mental. Su objetivo es proporcionar atención sociosanitaria que prevenga y compense la pérdida de autonomía del anciano y facilite apoyo a los familiares y cuidadores, ofreciendo una mayor permanencia del mayor en su entorno habitual. ¿En qué se diferencian un centro de día de una residencia de ancianos? Las diferencias más destacadas entre una residencia y un centro de día se centran en las siguientes variables: Tiempo de permanencia La principal diferencia que existe entre un centro de día y una residencia de ancianos es el tiempo de permanencia del usuario. Los centros de día son de atención diurna, los mayores pueden asistir uno o varios días a la semana durante las horas que quieran. Además, pueden estar en turnos de mañana o de tarde o estar todo el día en el centro, pero en todos los casos, la persona mayor duerme en su domicilio. Por el contrario, la presencia de los mayores en las residencias es total, las 24 horas del día, aunque el ingreso en la residencia puede ser permanente o temporal. Cuando la asistencia es temporal, la persona mayor permanece ingresado durante unas semanas o meses, pero después vuelve a su hogar. Estado de la persona mayor Las personas mayores que asisten al centro de día tienen un grado de dependencia leve o moderado, con un deterioro físico o cognitivo. La asistencia a los centros de día permite a estas personas realizar actividades dirigidas a estimular y rehabilitar sus capacidades y conservar su autonomía desde el ámbito físico, cognitivo y funcional. La función que tiene el centro de día es retrasar el ingreso en una residencia el mayor tiempo posible. En las residencias de ancianos hay dos tipos de personas. Por un lado, hay personas mayores que son autónomas, es decir, pueden realizar por sí mismas las actividades básicas de la vida diaria, pero por circunstancias familiares o personales deciden vivir en una residencia. Por otro lado, hay personas que tienen un grado de dependencia medio o grave que precisan una atención constante en la residencia. Servicios En los centros de día los servicios que se ofrecen tienen un carácter terapéutico. Generalmente, ofrecen transporte y alimentación a los asistentes y en sus instalaciones realizan distintas actividades en talleres ocupacionales y actividades dirigidas a la rehabilitación de los mayores. En las residencias además de cubrir las necesidades básicas de alojamiento y manutención ofrecen servicio médico y de enfermería, cuentan con trabajadores sociales, psicólogos, fisioterapeutas para el cuidado y atención de los mayores y talleres ocupacionales para desarrollar diferentes actividades. ¿Es mejor la residencia o el centro de día? Imagen de Drazen Zigic en Freepik No se puede decir que una opción sea mejor que la otra, porque la elección siempre depende del estado en el que se encuentra la persona mayor y de su situación personal y familiar. La residencia es una buena solución para las personas mayores que tienen un buen estado de salud y capacidad para decidir por sí mismas, pero no quieren vivir solas en su casa y prefieren estar activas en compañía de otras personas de su edad. De igual modo, cuando la persona mayor tiene muchas limitaciones físicas o cognitivas para vivir en su casa, en la residencia cuenta con los servicios y las instalaciones adecuadas para tener una buena calidad de vida. Sin embargo, si la persona mayor no quiere alejarse de su entorno, tanto físico, su hogar, como afectivo, sus familiares, pero está sufriendo un deterioro cognitivo y funcional, en un centro de día encontrará la ayuda que necesita para mantener su actividad funcional durante el día y, a la vez, puede seguir viviendo en su casa al cuidado de sus familiares.