Un ingreso urgente en una residencia de ancianos es el que se realiza sin haber sido planificado, pero el proceso es similar a un ingreso programado. En ambos casos, es necesario contar con el consentimiento del mayor porque no está permitido ingresar a nadie en una residencia sin su consentimiento.

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Generalmente, el ingreso en una residencia de ancianos suele realizarse tras un proceso en el que se valora si el centro elegido es adecuado para el mayor. Lo ideal es que la persona participe en la elección del centro, siempre que su estado se lo permita y una vez que ha aceptado la conveniencia de vivir en una residencia de ancianos. Es conveniente que antes de tomar la decisión, tanto el residente como los familiares conozcan los servicios y actividades que ofrece la residencia y visiten varios centros para ver las instalaciones y comprobar si se adapta a las necesidades que tiene el anciano.
Sin embargo, hay ocasiones en los que no se dispone de este periodo previo de contacto con las residencias, sino que se produce una situación urgente que obliga al ingreso del mayor en la residencia.
Un ingreso de urgencia es cualquier ingreso que no se ha planificado con antelación. Esta situación puede darse en situaciones determinadas en las que una persona se ve obligada a vivir en una residencia de ancianos de forma inmediata.
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¿Qué personas pueden ser ingresadas de urgencia en una residencia?
Las personas que pueden ser ingresadas en una residencia de ancianos de forma urgente son:
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¿Cómo se realiza el ingreso urgente en una residencia de ancianos?
El proceso varía según dónde se encuentra la persona antes del ingreso. Si la persona está ingresada en el hospital, corresponde al médico del hospital preparar toda la documentación necesaria para realizar el ingreso en la residencia.
Sin embargo, si el paciente está en casa tiene que ser el propio residente o sus familiares quienes realizan todo el proceso para su ingreso en la residencia.
En cualquier caso, el proceso de ingreso urgente es estresante, sobre todo, si la persona mayor precisa unos cuidados especializados. La búsqueda de la residencia adecuada se puede complicar por la falta de tiempo para comprobar si el centro escogido es el más adecuado para la persona mayor.
En estos casos, es conveniente que el centro cuente con un equipo de profesionales capaz de evaluar de forma inmediata la situación y gestionar el ingreso de forma urgente para garantizar el bienestar de la persona mayor. En estos ingresos el equipo de la residencia tiene que realizar una evaluación de las necesidades del mayor y establecer un plan de cuidados individualizado.
¿Es posible ingresar en la residencia de forma urgente a una persona mayor sin su consentimiento?
Se puede ingresar a una persona de forma urgente en la residencia si necesita cuidados y no puede esperar, pero
siempre hay que contar con el consentimiento del mayor. Si la persona mayor está discapacitada o tiene un alto grado de dependencia hay que proceder a su
incapacitación legal para poder ingresarla en la residencia.

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La incapacitación judicial de un mayor es una
decisión judicial tomada por el juez, con el fin de velar por el bienestar y la seguridad económica del mayor que se encuentra limitado por distintas afecciones que no le permiten desempeñarse con total autonomía.
El proceso de solicitud de incapacidad del mayor lo puede iniciar la persona mayor, su cónyuge, sus hijos o sus hermanos. También es posible que lo solicite el ministerio fiscal.
La incapacitación legal se pide en casos de enfermedades degenerativas como el Alzheimer o la demencia o deficiencias de carácter físico o psíquico, en las que la persona sufre problemas de pérdida de memoria, confusión y no puede gobernarse por sí misma.
También en los casos de lesiones físicas graves, en estado de coma o en la vejez se puede pedir la incapacitación legal de la persona, que consiste en certificar por un juez que la persona no es capaz de cuidar de sí misma o de sus asuntos. En estas situaciones,
cuando el juez dictamina la incapacitación legal se puede ingresar al mayor en la residencia sin su consentimiento.
¿Cómo es el proceso de ingreso en una residencia de ancianos?
Cuando llega el momento de ingresar en una residencia de ancianos porque se considera que es el mejor sitio para que la persona mayor pueda disfrutar de su vejez con los cuidados y atención adecuados hay que realizar el proceso de forma sosegada. En primer lugar, hay que preparar emocionalmente al mayor para este cambio por lo que hay planificar la transición de forma tranquila, sin agobios, tanto para el mayor como para los familiares.
Generalmente el proceso incluye:
- Entrevista previa con el centro para conocer las necesidades asistenciales que precisa el mayor y dar toda la información sobre los servicios que ofrece el centro.
- Explicación de las normas de funcionamiento del centro y los derechos y obligaciones de los residentes.
- Asignación del tipo de habitación.
- Ingreso, ese día el usuario debe llevar su medicación, ropa adecuada a la temporada, productos de higiene personal, la tarjeta sanitaria, un informe médico reciente y si tiene algún grado de dependencia se debe presentar la resolución de reconocimiento de la Ley de Dependencia.
¿Cómo planificar el ingreso en la residencia de ancianos?
En el protocolo de ingreso en una residencia de ancianos además de los aspectos formales (documentación, ropa, medicación…) que tiene que presentar el mayor
hay que tener en cuenta el aspecto emocional. Dejar el hogar para trasladarse a una residencia es un cambio drástico en la vida del mayor, por lo que si no se realiza de forma adecuada puede generar un gran estrés. Para el anciano supone dejar atrás su hogar, donde ha desarrollado gran parte de su vida, para incorporarse en un nuevo lugar donde tiene que compartir el espacio con más personas, por lo que pueden surgir problemas de convivencia.

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Para realizar este tránsito de la mejor manera es importante que tanto el mayor como sus familiares se preparen emocionalmente para este cambio. Por un lado, hay que evitar que los familiares tengan sentimiento de culpa por dejar a la persona en la residencia y por otro, que el mayor sienta que ha sido abandonado o añore su hogar. Con el fin de evitar estas sensaciones,
se recomienda visitar la residencia con antelación para informarse bien de cómo son las instalaciones, si cuenta con jardines por los que se pueden realizar paseos o gimnasio para hacer ejercicio, los servicios que dispone y las actividades que pueden desarrollar los ancianos, tanto dentro como fuera de la residencia.
Además,
los psicólogos y trabajadores sociales del centro tienen un papel clave en el proceso emocional de ingreso de los mayores en la residencia. Estos profesionales cuentan con las herramientas necesarias para que la adaptación de la persona mayor al centro no tenga complicaciones.
También es aconsejable, siempre que las circunstancias lo permitan, buscar una residencia cerca del domicilio habitual del anciano. De ese modo, las visitas de los familiares y amigos serán más asiduas y esto contribuirá a hacer más fácil para el mayor aceptar el ingreso en la residencia.
Sin embargo, cuando se produce el ingreso urgente del anciano en la residencia no es posible tener este contacto previo entre los equipos profesionales del centro y el mayor. Por eso es aconsejable hablar con antelación con la familia sobre la posibilidad de ingresar en una residencia cuando las circunstancias personales de la persona mayor lo aconsejan.
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