Las residencias de ancianos deben contar con instalaciones adecuadas para garantizar el bienestar de las personas mayores y los servicios médicos necesarios para prestar los cuidados sanitarios que requieren los mayores. No obstante, existen diferencias en las instalaciones y servicios médicos que ofrecen las residencias públicas y privadas. Imagen Freepik Instalaciones de las residencias de ancianos Las instalaciones de las residencias tienen que cumplir condiciones de seguridad y accesibilidad que favorezcan la participación de los mayores en función de sus condiciones físicas. La normativa aprobada en cada comunidad autónoma señala cómo deben ser las diferentes instalaciones para garantizar la seguridad y bienestar personal, respetar la intimidad y favorecer las relaciones sociales de los residentes. Las residencias de mayores deben tener unas instalaciones básicas, que deben cumplir unos requisitos recogidos en las normativas autonómicas. A partir de ahí, las residencias pueden ofrecer más instalaciones con el fin de dar una mejor atención a los residentes. Con el nuevo modelo de residencia, las instalaciones se organizan en tres zonas: unidades de convivencia, espacios comunes y servicios generales. Unidades de convivencia Las unidades de convivencia incluyen zonas comunes y dormitorios para una ocupación máxima de 15 plazas, según se recoge en la ley. Las habitaciones son individuales, salvo que la persona prefiera compartir la habitación, para esos casos existen habitaciones dobles. La normativa comunitaria establece las dimensiones mínimas de los dormitorios que deben tener acceso directo a los cuartos de baño equipados que tienen que estar equipados con saneamientos y duchas accesibles. Las zonas comunes de las unidades de convivencia incluyen la cocina, el comedor y la sala de estar cuyas dimensiones se establecen en relación con cada plaza, pero respetando unas superficies mínimas. Estos espacios pueden estar integrados en una misma sala polivalente o estar separados. La cocina debe tener una cocina, refrigerador, fregadero, lavavajillas, microondas y armarios. Zona de espacios comunes Los espacios comunes de las residencias incluyen los espacios y equipamientos comunes a toda la residencia que son la dirección y administración y las salas de actividades polivalentes. La zona de dirección y administración está integrada por el despacho del director de la residencia y la sala de reuniones. Según el número de plazas de las residencias puede haber una o varias salas polivalentes para realizar actividades que deben tener unas dimensiones adecuadas al número de residentes. Zona de servicios generales Aquí se incluyen el área de recepción y control y el resto de los servicios que prestan las residencias: cocina, lavandería, almacenes que deben estar repartidos en espacios diferentes. Los servicios de cocina y lavandería pueden ser prestados por la propia residencia o a través de terceros. Además de estas instalaciones básicas, las residencias cuentan con salas para realizar actividades físicas o gimnasios y salas donde se realizan las actividades relacionadas con la terapia ocupacional. También dependiendo del tamaño de la residencia o si es privada puede tener unas instalaciones más completas: jardín, peluquería o servicio de podología, por ejemplo. Servicios médicos de las residencias Imagen Freepik La ley de Dependencia y las normativas autonómicas recogen expresamente la obligación que tienen las residencias de ancianos de proporcionar servicios médicos y de enfermería a los residentes. Por esta razón, las residencias tienen que contar con personal médico calificado para atender la salud de los mayores. Sin embargo, en un elevado porcentaje de centros residenciales los médicos están contratados a tiempo parcial o completo o a través de servicios externos. La obligación de tener médicos propios en las residencias no está vigente en todas las comunidades autónomas. En Castilla y León por ejemplos los médicos dependen del sistema público de salud, mientras que en la Comunidad Valenciana se exige a los médicos una dedicación horaria concreta de acuerdo con el tamaño de la residencia. En cuanto al servicio de enfermería es obligatorio en las residencias para la atención diaria de los residentes. Su función principal es cuidar la medicación de los mayores y hacer comprobaciones rutinarias de su estado de salud. Cada comunidad autónoma establece en sus normativas la ratio de médicos y enfermeras que corresponde a cada residencia en función del número de residentes. Diferencias residencias públicas y privadas Los servicios médicos que puede haber en la residencia varían según el tipo de residencia. Residencias Públicas. En estos centros, los médicos dependen del sistema público de salud, es decir, que los médicos de atención primaria de la zona donde está el centro son responsables de los residentes, con visitas programadas o bajo demanda. Además, la presencia del médico no siempre es obligatoria, mientras que es obligatorio contar con personal de enfermería. Residencias Privadas. Estas residencias tienen una mayor flexibilidad para contratar médicos propios y ofrecer servicios médicos adicionales, dependiendo del modelo de negocio y el precio que pagan los usuarios. Generalmente cuentan con médicos y enfermeras contratados para asegurar la atención sanitaria de los residentes, aunque este servicio depende del tamaño y categoría del centro. Los servicios médicos pueden completarse con servicios más especializados como fisioterapia, podología o psicología. Por tanto, las residencias públicas dependen más del sistema público de salud, mientras que las privadas suelen ofrecer más servicios médicos internos, pero estos están condicionados al coste y nivel del centro. No obstante, ambos tipos de residencia están sujetas a regulación mínima, aunque con diferencias en su implementación.