El acceso a una residencia de ancianos pública exige unos requisitos generales y específicos y una documentación que puede variar en cada comunidad autónoma, aunque existen unos pasos comunes en todas las comunidades. Imagen de Drazen Zigic en Freepik Las residencias públicas son las que dependen de las comunidades autónomas o ayuntamientos que tienen la ventaja de ser más baratas que las residencias privadas. Esa es una de las razones por las que estas residencias son muy demandadas y existe lista de espera para acceder a una plaza en una residencia pública. El proceso de solicitud de una plaza pública es largo, de hecho, lo normal es que se demore varios meses la concesión de la plaza, por lo que es conveniente solicitarla pronto. Proceso para solicitar plaza en la residencia de ancianos pública Estos son los pasos que debes dar para solicitar plaza en una residencia de ancianos pública: Pedir cita en los servicios sociales El primer paso del proceso se inicia con la petición de una cita en el departamento de servicios sociales de la localidad donde vive el anciano. Esta cita puede tramitarse por teléfono o internet y a la misma puede acudir el solicitante o un familiar designado en su nombre. Solicitar la valoración del grado de dependencia La solicitud del grado de dependencia se hace en los servicios sociales que corresponden según la dirección de la persona. Un trabajador social es el encargado de informar sobre los documentos que tiene que presentar el solicitante: Fotocopia del DNI. Fotocopia de la cartilla sanitaria. Certificado de empadronamiento. Solicitud de la valoración de la dependencia. Existen tres grados de la dependencia, que determinan el tipo de ayudas que el anciano puede pedir: Grado I. Dependencia moderada. Este grado corresponde a la persona que está limitada y necesita ayuda para realizar actividades básicas de la vida diaria al menos una vez al día. Grado II. Dependencia severa. La persona que está en esta situación necesita ayuda para realizar las actividades básicas dos o tres veces al día. Grado III Gran dependencia. Es el máximo grado, cuando la persona necesita asistencia constante para realizar las actividades básicas. Valoración del grado de dependencia Una vez presentada la solicitud, un trabajador social realiza una visita al domicilio del solicitante para comprobar su estado y el de su vivienda. El día y la hora de esta visita siempre tiene que ser notificada con varios días de antelación. El objetivo de esta visita es conocer la capacidad física y cognitiva de la persona, para valorar la ayuda que puede necesitar. En general, se interesan por saber si el mayor puede realizar las actividades básicas de la vida diaria por sí mismo o necesita ayuda. Es aconsejable que cuando se realiza esta visita al domicilio la persona mayor esté acompañada por un familiar que sea capaz de responder de forma más realista sobre el estado del anciano. Cuanto más se ajusten a la realidad las respuestas del mayor, será más fácil establecer el tipo de ayuda que precisa. Confirmación del grado de dependencia Los servicios sociales de la comunidad autónoma tras realizar las comprobaciones de la documentación y de la visita confirman por escrito el grado de dependencia atribuido al anciano. Debes saber que cuanto mayor es el grado de dependencia reconocido, más ayudas se pueden solicitar. Aunque para iniciar la solicitud de plaza en una residencia pública es necesario tener reconocido un grado II o III. Para realizar la solicitud también se cuenta con el apoyo de un trabajador social que informa sobre los documentos que se deben presentar para conocer la situación económica del anciano para solicitar la plaza: Copia del IRPF. Certificados de las pensiones recibidas. Declaración de ingresos y bienes. Informe médico en modelo formalizado. Certificado de empadronamiento. ¿Qué características tiene una plaza en una residencia pública? Los servicios locales pueden conceder la plaza en una residencia pública de la misma localidad donde vive el anciano o en un radio de 50 kilómetros de distancia. Además, si se tiene un grado de dependencia III se consigue la plaza en menos tiempo porque es más necesaria para garantizar un envejecimiento saludable del mayor. También existen otras circunstancias que dan prioridad a los candidatos a la hora de conseguir la plaza en las residencias públicas: Enfermedad, accidente o intervención quirúrgica de la persona cuidadora del mayor. Realización de obras o traslados de domicilio del familiar cuidador. Cuidado del durante una convalecencia que no requiere hospital. Descanso de los familiares o cuidadores. El proceso de adjudicación de las plazas públicas, sobre todo en las grandes ciudades, es largo. La adjudicación definitiva de la plaza se puede demorar entre 1 y 2 años, dependiendo de la demanda de plazas en la zona, el tipo de residencia o las necesidades específicas del solicitante. Requisitos para ingresar en una residencia de ancianos pública Imagen de Freepik Aunque las comunidades autónomas pueden fijar requisitos específicos para ingresar en las residencias públicas, existen unos requisitos comunes que debe cumplir el anciano para poder hacer la solicitud: Tener 65 años. Es la edad mínima a partir de la que se puede ingresar en una residencia de ancianos, pero se adelanta hasta los 60 años en los casos de personas que tienen una patología grave asociada a la edad como puede ser el Alzheimer. Ser autónomo en las actividades básicas de la vida diaria. No padecer enfermedad contagiosa que requiera atención permanente y continuada en el hospital. Residir en la comunidad donde está el centro. Tener la designación de persona dependiente y reconocido un grado de dependencia II o III. No haber sido expulsado de otra residencia pública. Consejos para solicitar la plaza en una residencia pública Si cumples los requisitos de acceso a una residencia pública, puedes tratar de agilizar la adjudicación de una plaza preparando la solicitud con tiempo. Conviene que inicies el proceso de solicitud con la mayor antelación, incluso antes de que la necesidad de ingresar a la persona mayor en la residencia sea estrictamente necesaria. No obstante, cuando el ingreso es urgente por el estado en el que se encuentra el anciano, es preferente sobre el resto de los candidatos. El problema es que quizás en esta situación, el anciano no puede optar a la residencia más adecuada a sus necesidades. También es conveniente que hagas un seguimiento continuado del estado de la solicitud e informar a los servicios sociales si se ha producido algún cambio en la situación del mayor que pueda influir en que se agilice la concesión de la plaza. No obstante, ante el retraso que lleva la adjudicación de la plaza en las residencias públicas, también existe la posibilidad de ingresar al mayor en una residencia privada o contratar ayuda a domicilio hasta que se produzca su ingreso.