Pedir una hipoteca para una vivienda vacacional, o para una segunda vivienda, en cualquier caso, es más complicado que para una primera vivienda. Recordemos que, para los bancos, una hipoteca para una vivienda vacacional es una hipoteca para segunda vivienda, o aquella hipoteca destinada a financiar la compra de un inmueble que no es residencia habitual. Y al no ser un caso de vivienda habitual, la entidad financiera va a pedir unas condiciones distintas en esta hipoteca para vivienda vacacional que se caracterizarán por unos requisitos mayores, con un importe más pequeño y un plazo de amortización menor. Una segunda hipoteca supone más riesgo para el banco Los bancos consideran que estas segundas hipotecas tienen más riesgo de impago. Ellos entienden que, en caso de problemas, el hipotecado no tendrá tantos miramientos a la hora de no pagar una casa en la que no reside. También valoran que una hipoteca para vivienda vacacional tiene peor venta si se produce un embargo, porque se trata de mercados más pequeños y con una menor demanda. Otro aspecto muy importante en esta segunda hipoteca es la edad de los compradores. Lo normal es que no sean tan jóvenes y que se acerquen más a la edad máxima para terminar de pagar el préstamo (75 años). Por ese motivo, el banco obligará a un plazo de amortización menor. Y, por descontado, no habrá hipoteca para una vivienda vacacional si la primera vivienda no está totalmente pagada y el historial del préstamo hipotecario previo está inmaculado. Que el banco te pida como aval las dos viviendas es bastante posible, pues es una forma de tener más garantías. Características de una hipoteca para vivienda vacacional Una hipoteca para vivienda vacacional prestará menos capital, a un plazo inferior,con un interés más alto y exigirá más y mayores ingresos familiares. Te prestarán menos dinero La principal diferencia o característica de una hipoteca para vivienda vacacional es la limitación legal que tiene el banco en cuanto al importe a prestar. Para una segunda hipoteca, el límite para la entidad financiera puede ser del 60% del precio de tasación frente al 80% de una primera vivienda. No olvidemos que los gastos de la hipoteca no van a cambiar. Por ese motivo, una hipoteca para vivienda vacacional exige mucho más dinero ahorrado. El plazo de amortización será menor Bien porque tu edad ya sea algo más avanzada, bien porque la entidad quiera reducir el riesgo, no te será fácil conseguir un plazo de amortización de más de 20 años, frente a los 25 o 30 que podrían conseguir para una primera vivienda. Esto supone que habrá menos letras y, por lo tanto, el importe de cada una de ellas será más elevado. El interés será más elevado De nuevo, como la entidad financiera puede interpretar que esa hipoteca para vivienda vacacional le supone más riesgo, querrá más beneficio por la operación. Eso se traduce en un tipo de interés más elevado, pero también en comisiones más onerosas. Más y mayores ingresos familiares La concesión de una hipoteca para una segunda vivienda exigirá que tengas un volumen de ahorro elevado, pero también unos ingresos recurrentes más altos y estables. Todo dependerá del importe que solicites, pero si para una hipoteca sobre primera vivienda te podían pedir 2.000 euros como mínimo, para una hipoteca para vivienda vacacional te pueden pedir entre 2.500 y 3.000 euros mensuales. También se valorará más el tipo de contrato (indefinido) y la antigüedad en el puesto de trabajo, así como un historial de pagos inmaculado y la inexistencia de otras deudas. Cómo conseguir una hipoteca para vivienda vacacional Conseguir una hipoteca para vivienda vacacional no es muy distinto que para una primera vivienda. Nos referimos a que el mejor consejo es comparar entre las ofertas del mercado. La primera puerta a la que acudir es a la de tu banco habitual, pues conoce tu historial crediticio y puede ser más favorable a concederte la hipoteca si tu pasado te avala. Y si ofreces como aval tu primera vivienda ya totalmente pagada y de tu propiedad, puedes convencerlos para conseguir esa hipoteca o para mejorar las condiciones que te ofrezcan. Si tu primera vivienda no está pagada, es muy complicado que consigas otra nueva. En ese caso, puedes ampliar la primera o unificar las dos hipotecas en una. También conseguir una segunda hipoteca, pero ese supuesto es poco probable. En cualquier caso, las probabilidades se reducen al mismo tiempo que suben los gastos financieros y las comisiones de las novaciones o subrogaciones hipotecarias. Recuerda que tendrás que soportar los gastos de mantenimiento de dos viviendas incluyendo los gastos de comunidad, IBI, tasas municipales del tipo recogida de la basura, gastos generales como luz o agua, y dos seguros de hogar. Por último, la parte fiscal es muy relevante. Una segunda residencia tributa en la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y lo hace alrededor de un 1,1% y un 2% de su valor catastral. En conclusión, como dijimos al principio del texto, pedir una hipoteca para una vivienda vacacional es más complicado que pedir una hipoteca para una primera vivienda.