Vivir en una urbanización tiene más ventajas que inconvenientes. Principalmente, en ellas se busca un lugar tranquilo y seguro, sobre todo si se trata de vivir en una urbanización cerrada con servicios de seguridad privada y limitación en los accesos para vehículos y personas. Sin embargo, vivir en una urbanización ofrece otras ventajas que ahora te detallamos y no debes olvidar. Seguridad: ideales para familias con niños El principal motivo por el que muchas familias de decantan por vivir en una urbanización es la seguridad. Al tratarse de un espacio cerrado, tiene un uso exclusivamente residencial. Los controles de entrada de vehículos y personas impiden el paso a los no residentes y alejan la posibilidad de sufrir robos a las personas o las viviendas. Pero también permiten espacios más seguros para que los niños jueguen, pues no hay extraños ni ellos pueden salir libremente de la urbanización. Asimismo, vivir en una urbanización aporta seguridad urbana y vial, pues no hay prácticamente tráfico rodado, lo que evita accidentes o atropellos. Tranquilidad: suelen estar aisladasdel ajetreo de la ciudad Vivir en una urbanización permite una tranquilidad que no se encuentra en otros lugares. El bullicio de la ciudad queda fuera. Hay menos vehículos y personas en movimiento, lo que genera menos ruido y, a su vez, menos estrés. El ritmo de vida es, en general, más lento en una urbanización. Privacidad: espacios comunes solo para vecinos Y la mayor seguridad y tranquilidad que aporta vivir en una urbanización se traducen en un descanso real. Dormir o realizar actividades de relax es más sencillo en estas burbujas inmobiliarias protegidas frente al ruido exterior. Tampoco se ven afectadas por bares o locales de ocio y la normativa impide los excesos de todo tipo. Buen mantenimiento: un grupo de profesionales cuidará de todo Por lo general, las urbanizaciones crean y cuidan de sus propias zonas verdes y espacios comunes. Es la idea que mencionábamos antes del pulmón verde. Las plantas absorben el ruido y crean oxígeno, por lo que invitan a pasear o hacer deporte y generan esa sensación de bienestar. Ahorro económico: es más barato que una casa aislada El tipo de vivienda que se construye en una urbanización tiende a ser unifamiliar con parcelas individuales, con lo que se favorece la luminosidad y la amplitud. Pero la clave es el tamaño, pues las urbanizaciones, al estar alejadas del centro ofrecen más espacio individual y colectivo para las viviendas.Vivir en urbanización es más económico que vivir en una casa aislada. Ambiente familiar Por todo lo que hemos dicho es fácil entender que vivir en una urbanización privada aumenta las posibilidades de tener vecinos con familias, con muchos de nuestros intereses o con estilos de vida similares. Eso es importante a la hora de socializar entre todos los vecinos y de proponer cambios o ajustes en las normas internas. En el caso de la familia, vivir en una urbanización privada estimula la realización de actividades en común, lo que estrecha los lazos al permitir disfrutar más del tiempo en familia. Servicios exclusivos: gym, piscina, padel y mucho más Muchas urbanizaciones privadas ofrecen servicios exclusivos para uso y disfrute de los residentes. Las más comunes pueden ser las piscinas, las zonas verdes o los gimnasios o zonas deportivas. Pero también puede haber tiendas o restauración, dependiendo del tamaño de la urbanización. La lista de posibles servicios es muy amplia y cubre desde la seguridad privada, socorristas para la piscina o piscinas, la limpieza, la jardinería o la educación. En cuanto a deportes, puede haber desde salas para reuniones, a pistas de tenis, paddle o golf. Comodidad: aparca en el garaje y sube a casa en el ascensor Y, aunque no lo podemos considerar con un servicio exclusivo, vivir en una urbanización te asegura el aparcamiento, lo que sí es un lujo en los tiempos que corren. Y, en muchos casos, también asegura la posibilidad de que puedan aparcar las visitas que recibamos. Cómo elegir una urbanización privada Con toda la lista de ventajas de vivir en una urbanización que hemos revisado resultará más fácil elegir la adecuada. Basta con revisar todos los puntos anteriores y comparar lo que ofrezcan las distintas alternativas. Más allá de la tipología, los metros de la vivienda y sus precios, para elegir una urbanización hay que valorar la comunidad y el vecindario. Se trata de valorar lo mucho o lo poco que los vecinos busquen o tengan un estilo de vida similar. También son muy importantes los servicios comunitarios de que disponga y la cercanía y la buena comunicación con otros ajenos a la urbanización, del tipo servicios públicos como hospitales. En este sentido, son importantes las conexiones y el transporte, tanto para el vehículo privado como para servicios de transporte público. Y sin olvidar la distancia con el centro de la ciudad, con vuestro lugar de trabajo o los colegios o universidades de vuestros hijos. En conclusión, las ventajas de vivir en una urbanización privada son más numerosos que los inconvenientes. Sin embargo, estas ventajas tienen un precio. Y este precio no es solo económico, sino personal, porque hay que valorar estas ventajas de forma correcta para poder elegir la mejor urbanización para nuestra familia.