Qué es un desahucio, por qué ocurre y cómo pararlo

Un desahucio es un procedimiento judicial que se utiliza para desalojar a una persona o familia de una vivienda o local en el que residen, por la falta de pago del alquiler o por el incumplimiento de las condiciones establecidas en el contrato de arrendamiento. Se trata de una situación traumática que puede tener graves consecuencias para las personas afectadas, especialmente cuando se trata de su vivienda habitual.

El desahucio es un proceso que se inicia por parte del propietario de la vivienda o local, que puede ser un particular o una empresa, cuando considera que el inquilino no está cumpliendo con las obligaciones establecidas en el contrato. Una vez iniciado el proceso, se establece un plazo para que el inquilino abandone la vivienda o local, que puede variar en función de la normativa vigente en cada comunidad autónoma.

Por qué se produce un desahucio

Los motivos más comunes que pueden llevar a un desahucio son: 

  1. La falta de pago del alquiler.
  2. El incumplimiento de las obligaciones establecidas en el contrato de arrendamiento.
  3. La realización de actividades ilícitas en la vivienda.
  4. El subarrendamiento sin autorización.

En el caso de la falta de pago del alquiler, el propietario de la vivienda tiene derecho a reclamar la cantidad adeudada y a solicitar el desahucio si no se produce el pago en el plazo establecido. En otros casos, como el incumplimiento de las condiciones establecidas en el contrato, el propietario también puede solicitar el desahucio si considera que el inquilino no está respetando sus obligaciones.

Cómo se puede detener un desahucio. ¿Hay soluciones?

Aunque el proceso de desahucio es complejo y puede ser difícil de detener una vez iniciado, existen algunas soluciones y medidas que se pueden tomar para intentar evitarlo o retrasarlo.

Una de las soluciones más comunes es intentar llegar a un acuerdo con el propietario de la vivienda para regularizar la situación. En algunos casos, se puede acordar un aplazamiento del pago del alquiler o una reducción de la renta, o incluso una renegociación del contrato de arrendamiento. También es posible recurrir a entidades como los servicios sociales o a organizaciones de ayuda a los inquilinos para obtener asesoramiento y apoyo en este proceso.

Otra posibilidad es intentar conseguir una ayuda económica para hacer frente a las deudas de alquiler y evitar el desahucio. En este sentido, existen algunas ayudas públicas y privadas que pueden ser de utilidad para las personas afectadas por un proceso de desahucio. Por ejemplo, el Fondo Social de Viviendas del Gobierno de España, que ofrece ayudas para el alquiler a personas en situación de vulnerabilidad o en riesgo de exclusión social.

En algunos casos, también es posible recurrir a la vía judicial para intentar detener el proceso de desahucio. Para ello, es necesario contar con un abogado especializado en derecho inmobiliario, que pueda asesorar sobre las posibilidades de éxito y presentar una demanda ante el juzgado correspondiente.

Quién solicita y quién confirma la orden de desahucio

Como hemos mencionado anteriormente, el proceso de desahucio lo inicia el propietario de la vivienda o local cuando considera que el inquilino no está cumpliendo con las obligaciones establecidas en el contrato. Para ello, debe presentar una demanda ante el juzgado correspondiente y seguir el procedimiento establecido por la normativa vigente en cada comunidad autónoma.

Una vez presentada la demanda, se establece un plazo para que el inquilino pueda presentar alegaciones y defender sus derechos. Si el juez estima que las alegaciones del inquilino son suficientes, puede decidir no conceder el desahucio. En caso contrario, se dictará una orden de desahucio que establece el plazo para abandonar la vivienda o local.

Dónde buscar ayuda para parar un desahucio

En caso de encontrarse en una situación de riesgo de desahucio, es importante buscar ayuda lo antes posible. Para ello, existen diversas entidades y organizaciones que pueden ofrecer asesoramiento y apoyo en este proceso.

Una de las opciones más recomendables es acudir a los servicios sociales de la localidad en la que se encuentra la vivienda o local objeto de desahucio. Estos servicios pueden ofrecer información sobre las ayudas y recursos disponibles para las personas afectadas, así como asesoramiento jurídico y social para tratar de detener el proceso de desahucio.

También es posible buscar ayuda en organizaciones de ayuda a los inquilinos, como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que se encarga de defender los derechos de las personas afectadas por procesos de desahucio y ofrecer apoyo en todas las fases del procedimiento. La PAH cuenta con una red de voluntarios y abogados que pueden ofrecer asesoramiento y ayuda para tratar de evitar el desahucio.

Además, existen otros recursos que pueden ser de utilidad para las personas afectadas, como las oficinas de atención al consumidor o las asociaciones de vecinos. Estas entidades pueden ofrecer información y asesoramiento sobre las posibilidades de defensa y las opciones disponibles para detener el desahucio.

En última instancia, si ninguna de estas soluciones ha dado resultados y los cuerpos de seguridad se encuentran en las inmediaciones de la vivienda el día de la ejecución para proceder al desahucio por la fuerza, como medida última se puede proceder a crear una barrera humana formada por una gran cantidad de personas, de modo que sea imposible traspasarla. Estos métodos se han empleado en numerosas ocasiones con resultados favorables cuando los desahucios atentan contra familias vulnerables que necesitan la vivienda para poder vivir en condiciones mínimamente dignas. Aunque el desahucio no se detiene definitivamente, sí se puede conseguir negociar y lograr ganar algo más de tiempo para buscar otras soluciones para la familia afectada.

Qué hacer si te van a desahuciar

Si te encuentras en una situación de riesgo de desahucio, es importante actuar lo antes posible y buscar ayuda para tratar de detener el proceso. Algunas medidas que se pueden tomar son:

  • Intentar llegar a un acuerdo con el propietario de la vivienda para regularizar la situación, como hemos mencionado anteriormente.
  • Buscar ayuda en los servicios sociales de la localidad o en organizaciones de ayuda a los inquilinos, como la PAH.
  • Recopilar toda la documentación relacionada con el alquiler y el proceso de desahucio, como el contrato de arrendamiento, las facturas de pago del alquiler o las notificaciones recibidas.
  • Buscar ayuda legal para presentar alegaciones y defender tus derechos ante el juzgado correspondiente. Es importante contar con un abogado especializado en derecho inmobiliario para tratar de detener el proceso de desahucio.
  • No abandonar la vivienda hasta que se dicte la orden de desalojo. Es importante recordar que el propietario no tiene derecho a entrar en la vivienda sin autorización judicial, por lo que es importante mantener la calma y buscar ayuda para tratar de evitar el desahucio.

En cualquier caso, es importante recordar que el proceso de desahucio es una situación complicada y estresante, que puede afectar negativamente a la salud física y emocional de las personas afectadas. Por ello, es fundamental buscar ayuda y apoyo en todo momento para hacer frente a esta situación de la manera más efectiva posible.