El alquiler de un bajo con jardín es una opción más apetecible que nunca, sobre todo tras el confinamiento que hemos sufrido en los últimos meses y que nos ha hecho valorar aún más los espacios exteriores de nuestra vivienda (terrazas, balcones, etc.). Vivir en un bajo con jardín tiene muchas ventajas, pero también algunas desventajas. Por eso, es muy importante que tengas en cuenta estos consejos antes de lanzarte a la búsqueda de uno de estos inmuebles. Es una vivienda ideal para vivir con niños Alquilar un bajo con jardín es disponer de un espacio propio al aire libre como zona de juegos para los niños. Sin duda alguna, uno de los grandes alicientes de estas viviendas para una familia. Los niños pueden estar jugando en el jardín sin necesidad de supervisión constante de un adulto, como cuando están en los espacios públicos, donde hay más peligro y tienen más posibilidades de sufrir algún accidente. Además, si las dimensiones del jardín lo permiten puedes instalar una piscina desmontable durante los meses de verano (aquí tienes otros consejos para alquilar una casa con piscina). No obstante, conviene que compruebes previamente si puedes instalarla, ya que según su tamaño el peso puede resultar excesivo y provocar algún accidente. Muy adecuada para mascotas Disponer de un jardín en casa es una ventaja si tienes un perro, ya que tendrá un espacio extra para moverse sin necesidad de salir a la calle. Es algo que se valora sobre todo cuando no apetece sacar al perro a pasear porque hace demasiado calor o frío o simplemente estás cansado. Además, tu mascota se sentirá mucho más libre que encerrado todo el día entre cuatro paredes. Eso sí, también debes tener en cuenta que el perro no puede molestar a los vecinos cuando esté en el jardín, por lo que debes controlar lo que hace y que no esté ladrando continuamente. La orientación sí importa Cuando alquilas un bajo con jardín estás pensando en un espacio de paz y tranquilidad. Sin embargo, en muchas ocasiones en ellos se oyen mucho más los sonidos de la calle que en las plantas superiores. Por eso es crucial la orientación de la casa: si se encuentra en una urbanización cerrada tendrás menos ruidos si el jardín está orientado hacia el interior, ya que está más alejado de la calle. Como contrapartida, si el jardín está en conexión con las zonas comunes de la urbanización tendrás que aguantar el trasiego de los vecinos. Los bajos son en, muchas ocasiones, también más sombríos que otras viviendas más altas. Nuevamente, aquí la orientación puede ser determinante. Si es posible alquila pisos bajos con jardín que no tengan edificios altos delante y que reciban bastantes horas de luz. Más espacio pero menos privacidad Al contrario que cuando alquilas un ático, donde la privacidad es una de sus principales ventajas, cuando alquilas un bajo con jardín tu intimidad puede verse seriamente comprometida. En muchos casos, el jardín está a la vista de todos los vecinos de los pisos superiores, que pueden verte desde sus ventanas mientras disfrutas de tu espacio exterior. En otros casos, las personas que transitan por las zonas comunes de la urbanización e incluso por la calle también pueden espiarte. Menos seguros que vivir en altura La seguridad es otro de los aspectos delicados de este tipo de viviendas. Estar a pie de calle hace que acceder a ellas desde el exterior sea mucho más fácil, algo que no ocurre con las que están situadas a más altura. Si eres una persona algo miedosa, alquilar un bajo con jardín no es, desde luego, la mejor opción... Menos, si el jardín encima da a una zona algo solitaria. Las barbacoas no están siempre permitidas En cuanto a las barbacoas, algo muy típico en los meses veraniegos, no existe una regulación que impida que puedan hacerse en un bajo con jardín, pero se deben cumplir unas condiciones mínimas para evitar que sea una actividad molesta o peligrosa para la comunidad de vecinos. Como inquilino debes comprobar que en los estatutos de tu comunidad no está prohibida esta actividad, aunque se realice en un elemento privado como es el jardín de la vivienda. En el caso de que esté expresamente recogido en los estatutos, no podrás hacer barbacoas en el exterior. También es posible que tengas que pedir permiso a la comunidad si quieres instalar determinados elementos exteriores (toldo, etc.) para tener más intimidad. Además del permiso de la comunidad tienes que comprobar que también está permitido por las ordenanzas municipales. Finalmente, como inquilino debes tener el consentimiento del propietario para hacer cualquier mejora en la casa y tienes que devolverla en el estado en el que se encontraba cuando finalice el alquiler. Te toca cuidar el jardín El jardín exige unos cuidados constantes, incluso cuando no disfrutas de él en los meses más fríos. Otoño es el momento de acondicionarlo si quieres que el año siguiente esté espléndido. Hay que podar los setos y arbustos, repoblar el césped donde esté más gastado, etc. Todas estas labores de mantenimiento te corresponden como inquilino de la casa que disfruta del jardín. Es un hándicap importante que debes tener en cuenta si no te gusta la jardinería, aunque siempre tienes la opción de contratar los servicios de un jardinero. Esperamos que todos estos consejos te ayuden a tener una idea más clara a la hora de alquilar un bajo con jardín.
