Alquilar una casa en la playa no es muy distinto a hacerlo en cualquier otro sitio, siempre y cuando pretendas un arriendo a largo plazo. No obstante, lo cierto es que la demanda de este tipo de viviendas está muy ligada a la época estival y a las vacaciones por semanas o incluso por días, por lo que su alquiler es algo diferente y debes evitar ciertos errores que pueden echar al traste el negocio. Aquí te vamos a dejar algunos consejos para alquilar una casa en la playa como propietario. No obstante, tampoco está de más que también eches un vistazo a este otro artículo sobre cómo alquilar mi casa para vacaciones. Las empresas que asesoran a los consumidores ponen especial atención en que siempre suelen producirse los mismos problemas al alquilar una casa en la playa. Además, estos son el origen de la mayoría de las quejas por parte de los inquilinos. Si prefieres vender en lugar de alquilar, te recomendamos leer cómo vender tu casa en la playa. Básicamente, el principal motivo de queja o de reclamación es encontrarse en la realidad con un tipo de vivienda que no se corresponde con la del anuncio (por características, ubicación o estado). Por ejemplo, la situación no es realmente la que dijiste, los muebles o los electrodomésticos están en mal estado, la higiene no es la correcta, etc. Sobre todo, ten en cuenta siempre que tu inquilino va a alquilar una casa en la playa basándose en la información facilitada por ti. Si los datos que proporcionas no son exactos, tendrán motivos para poner una reclamación y recibirás una nota negativa como casero. Estas malas puntuaciones en portales de alquiler alejarán a futuros inquilinos y harán muy difícil que puedas convencer a otros usuarios para que elijan tu casa. Tampoco te olvides de comprobar que en el contrato todo está en regla y de que el precio de alquiler no sea ni demasiado bajo, ni demasiado alto: aquí te explicamos cómo calcular el alquiler de una casa. Otras recomendaciones que debes tener en cuenta a la hora de realizar un alquiler de tu casa en la playa son las siguientes: Ayuda al inquilino a que vea tu casa Lo ideal siempre que se alquila una vivienda es visitarla antes, pero en el caso de las ubicadas en lugares de playa es mucho más complicado. Para que tus posibles inquilinos puedan ver la vivienda de una forma más real, lo mejor es apoyarse en las nuevas tecnologías y ofrecer un buen reportaje fotográfico en el que aparezcan las principales habitaciones, los accesos a la vivienda y las vistas. Si la casa de la playa que quieres alquilar cuenta con servicios complementarios como piscina o jardín, también es muy importante que los inquilinos puedan verlos de alguna manera. En algunos casos, un pequeño vídeo a modo de visita virtual hará mejor el trabajo que varias fotos. Plantéatelo, porque hoy en día cualquier móvil puede grabar ese vídeo. Eso sí, asegúrate de que el vídeo tiene una buena calidad. Lo ideal es grabar varias imágenes y montarlas con un programa de edición profesional. No olvides describir tu vivienda de la forma más realista posible A la hora de alquilar una casa en la playa, la descripción juega un papel crucial. Por ello, no olvides describir tu vivienda de la forma más realista posible. Una de las características más importantes para los inquilinos es el número de personas que pueden habitar en ella. Por eso resulta vital identificar claramente el número de habitaciones y, sobre todo, de camas. Un aspecto que cada vez se valora más es el tamaño y calidad de las camas. Ubicación y opciones de estacionamiento Un segundo aspecto que resultará vital para atraer a los usuarios es la verdadera ubicación de la casa. Sobre todo, procura no exagerar y evita las vaguedades. Lo que para ti puede ser un breve paseo a la playa, la zona de ocio, los restaurantes o los puntos turísticos cercanos, puede ser una distancia considerable para ellos. No mientas sobre la ubicación real de la vivienda. Por otro lado, si añades la ubicación de Google Maps a tu anuncio -como hacen muchas empresas- la información que aportarás será total y absolutamente exacta, por lo que no habrá margen para malentendidos. Otro punto importante -y de posibles fricciones con los inquilinos- al alquilar una casa en la playa es la facilidad o dificultad de aparcamiento en la zona. Si tu vivienda no dispone de plaza de garaje es importante que facilites toda la información posible sobre las posibilidades de aparcamiento en los alrededores: parkings, si hay zona de estacionamiento limitado o circulación restringida, etc. Aquí, de nuevo Google Maps puede ser la solución. No intentes suavizar las cosas con medias verdades, porque acabarán yendo en tu contra. Deja claras las normas que impones en tu casa sobre celebrar fiestas o permitir mascotas Por último, deja claras las normas de uso que impones en tu vivienda. Las más habituales son la prohibición de celebrar fiestas o fumar y la de permitir las mascotas. Sin embargo, no olvides tampoco las normas de la comunidad. En tu mano está flexibilizar tus exigencias para facilitar el alquiler de tu casa de la playa, pero las de la comunidad hay que cumplirlas. Informa a tus inquilinos sobre lo que pueden y no pueden hacer (horas de sacar la basura, normas de la piscina, etc.). Electrodomésticos y servicios auxiliares a punto Como decíamos al principio, una de las principales fuentes de reclamaciones es que el inquilino se encuentre con muebles o electrodomésticos deteriorados o que no funcionan. Debes estar al corriente de la situación de la vivienda que alquilas y solucionar cualquier pequeña avería en cuanto tengas constancia de ella. Es crucial que todo funcione a la perfección: nevera, aire acondicionado, enchufes, secador, etc. Si cuidas hasta el último detalle (como por ejemplo que el mando de la televisión tenga pilas), los arrendatarios te lo agradecerán. Lo mismo ocurre con los muebles y menaje. Si no hay suficientes sillas para sentarse a comer o cubiertos, las camas hacen ruido, las persianas no bajan o algunos armarios no cierran, la imagen que transmitirás como arrendador será negativa. Son errores de novato, pero todos tienen solución. Lo más importante es que revises la situación del piso en general (muebles, electrodomésticos, bombillas, etc.) una vez concluido el alquiler y soluciones las posibles incidencias antes de que entren los siguientes inquilinos ¿Qué tal algunos extras? En ocasiones, un pequeño extra puede ser determinante para que tu vivienda sea la elegida por el cliente. Alquilar tu casa en la playa será más fácil si, por ejemplo, ofreces una buena conexión a Internet, una televisión de buen tamaño, un lavaplatos o una plaza de garaje. Son elementos accesorios que incrementan el valor añadido de la vivienda. Como es bastante probable que tu inquilino no sea español, no está de más que tanto el anuncio de la vivienda en los portales de alquiler, como tus normas o las de la comunidad estén en un segundo idioma. Siempre podrás encontrar a algún amigo que te eche una mano con el inglés, el francés o la lengua más habitual entre tus inquilinos. Por último, cuando alquiles una casa en la playa es muy importante que estés pendiente de cualquier necesidad de tus inquilinos. Pueden tener una emergencia imprevista o algún elemento de la casa puede estropearse, por lo que debes estar localizable en todo momento y solventar cualquier incidencia con la mayor brevedad posible: una semana sin nevera o agua caliente arruina las vacaciones a cualquiera...