Para quienes buscan una localidad tranquila en la Costa del Sol, bien ubicada y con un mercado inmobiliario interesante y asequible, Manilva es la respuesta. Y es que hay muchas razones para vivir en Manilva. Entre las más destacadas, su localización, en el límite de las provincias de Málaga y Cádiz; su buen clima, con muchos días de sol al año y temperaturas agradables; sus vecinos alegres y amigables; y sus playas, entre las mejores de la costa malagueña. Ver pisos a la venta en Manilva Los atractivos turísticos de Manilva son también numerosos. Destacan especialmente los campos de golf y sus ocho kilómetros de costa, con playas de arena fina y ensenadas rocosas, lejos de la masificación de otras localidades cercanas. Esta es otra de las ventajas de vivir en Manilva: el municipio no dispone de grandes complejos hoteleros a pie de playa. Los deportes náuticos también tienen un peso importante gracias a la proximidad de tres grandes puertos deportivos en sus inmediaciones, La Duquesa, Sotogrande y, cómo no, Puerto Banús. Manilva es una localidad costera pequeña, tranquila y fronteriza con la provincia de Cádiz. La oferta de obra nueva en Manilva es una de las más destacadas. De hecho, concentra alrededor del 20% de las promociones que se comercializan en estos momentos en la Costa del Sol Occidental y el 4% de las 325 existentes en toda la provincia de Málaga. La oferta inmobiliaria de este municipio fronterizo con Cádiz se centra sobre todo en residencias vacacionales ubicadas en urbanizaciones. Manilva es una localidad de unos 15.000 habitantes cuya economía se sustenta sobre todo en el turismo, aunque la agricultura también tiene un papel importante. Mudarse a Manilva. Ventajas e inconvenientes Si resumimos las ventajas de mudarse a Manilva en media docena hay que destacar su ubicación, sus kilómetros de costa, su tranquilidad, su patrimonio natural, su gastronomía y su oferta inmobiliaria. Manilva se encuentra a dos horas en coche de cualquier capital del interior de Andalucía (Sevilla, Córdoba, Jaén o Granada) y a medio camino entre dos de las provincias más atractivas del litoral andaluz (Cádiz y Málaga). Son menos de 100 kilómetros a Málaga capital, por ejemplo. Tenemos que hablar también de esos ocho kilómetros de litoral con anchuras de hasta 80 metros. Son, por tanto, playas amplias pero sin problemas de masificación. Algo que se traduce también en la tranquilidad y calidad de vida que ofrece. Manilva es, sin lugar a dudas, un destino sosegado, sostenible y poco masificado. Nada de grandes complejos hoteleros a pie de playa. La primera línea de costa la ocupan urbanizaciones y pequeños hoteles, con lo que podrás disfrutar de los paisajes de forma relajada. Y es que Manilva es un paraíso natural, con sus dunas y sus calas rocosas, sus aguas limpias, ideales para sumergirte en ellas y disfrutar de la diversidad de especies marinas; o con sus lomas llenas de viñedos desde el mar hasta el pueblo. No dejes de visitar las playas de Chullera, Los Toros y El Negro, consideradas reserva ecológica desde 2012. La gastronomía marinera es otra de sus señas de identidad. Destacan especialmente los tradicionales espetos de sardinas, que deben acompañarse por un vino local. Tienen fama sus dulces y semidulces procedentes de uva moscatel de Alejandría, pero también los procedentes de otras variedades de moscatel, como el Vidueño. La oferta culinaria incluye también salmonetes, mero, bonito o besugo preparados de muchas y muy deliciosas maneras. No hay mejor momento para conjugar la gastronomía, el clima y la bondad de las gentes de Manilva que en sus fiestas. Destacan la feria de agosto, la noche de San Juan, la más mágica del verano, o la Semana Santa, muy al estilo andaluz. Por terminar de citar las buenas razones para vivir en Manilva recalcamos su emplazamiento estratégico, junto a importantes puertos deportivos (La Duquesa, Sotogrande y Puerto Banús), a algunos de los campos de golf más destacados de la Costa del Sol y cerca de algunos de los pueblos más bonitos de Málaga (como por ejemplo, Mijas) y de los de mayor interés turístico (como Marbella y Estepona). Una interesante oferta inmobiliaria Junto a todas las todas las razones mencionadas anteriormente, la interesante oferta inmobiliaria, tanto en número de promociones como en precio, es otro de los grandes atractivos para mudarse a Manilva o elegirlo como lugar de segunda residencia. De hecho, esta localidad es una de las más baratas de la Costa de Málaga para comprar obra nueva, sobre todo en comparación con la cercana Marbella. La mayor parte de las promociones se concentran en la zona de la costa (Chullera, San Luis de Sabinillas, El Castillo, Alcorrín y La Duquesa), aunque hay oferta también en el pueblo. La oferta de vivienda nueva en Manilva está formada sobre todo por pisos, dúplex y áticos de una a tres habitaciones con precios comprendidos entre 100.000 y 300.000 euros. No obstante, también se pueden encontrar algunos chalet adosados e independientes en las afueras del municipio. Desventajas de vivir en Manilva Razones para vivir en Manilva hay muchas, pero no podemos olvidarnos de algunas desventajas. Manilva está bien ubicada, pero si te gustan los pueblos con mucha actividad y ambiente es mejor que elijas otros como Marbella o Fuengirola. Por otro lado, no debes olvidar que el aeropuerto de Málaga está a una hora y el de Jerez, a algo más de una hora y media. El más cercano es el de Gibraltar, a solo 40 minutos. Las infraestructuras no están lejos tampoco, pero deberás desplazarte a Estepona, Sotogrande, Marbella o Málaga para realizar determinados trámites. La estación de tren más cercana es de la de Antequera-Santa Ana y solo hay dos líneas urbanas (junto a otras interurbanas). La autopista AP-7 es la forma más rápida de moverse por la provincia y el exterior, pero es de pago. De hecho, y dependiendo de la zona donde residas, puede ser recomendable disponer de vehículo privado. Otro de los inconvenientes es que su mercado laboral es reducido, y la mayoría de las ofertas disponibles están relacionadas con el turismo y el sector servicios. Su oferta académica es también limitada, pues no hay mucha variedad ni la posibilidad de cursar estudios universitarios.