Cuando vendes tu vivienda para comprar otra nueva, lo que se conoce como compra de reposición, es muy habitual que se venda la actual antes de tener las llaves de la nueva. En esa situación te puedes encontrar con que no tienes donde vivir porque has vendido tu piso, pero todavía no puedes mudarte a tu nuevo hogar. Esta situación puede darse porque necesitas vender antes para tener el dinero suficiente para afrontar los gastos de la compra de la vivienda y conseguir que el banco te conceda la hipoteca o porque todavía la nueva está en construcción. Consulta este artículo para saber si puedes vender tu casa de obra nueva La solución más socorrida en esta situación es mudarte con algún familiar o amigo, cuando la mudanza al nuevo espacio es cuestión de pocos días. También puedes alquilar una vivienda hasta que puedas entrar en la nueva, aunque esta situación supone añadir un gasto. Sin embargo, es posible permanecer en tu casa, aunque ya esté vendida, hasta que puedas trasladarte a la nueva. Te contamos cómo puedes hacerlo. Comodato El comodato es una figura jurídica que permite vivir en la vivienda sin ser propietario durante un plazo concreto de tiempo. Este plazo, que puede ser de varios días o meses, debe especificarse en el contrato de compraventa. Es importante establecer un plazo realista en el que se puede hacer la mudanza a la nueva vivienda, porque si se permanece en la vivienda más tiempo del fijado en el contrato hay que indemnizar al comprador por cada día de más que se ocupa la casa. La regulación del comodato está recogida en los artículos 1.741 a 1752 del Código Civil, donde se establece que el comodatario, es decir, la persona que se queda viviendo en la vivienda después de haber sido vendida tiene que pagar los gastos ordinarios: luz, agua, internet, gas… pero no asume los gastos producidos por el uso habitual del espacio, por ejemplo, si se rompe una persiana. La ventaja de este sistema es que no hay que pagar nada al nuevo propietario por permanecer en la vivienda, ya que su uso es gratuito. Precario Es otra forma jurídica que permite el uso de la casa sin ser el propietario pero es diferente al comodato, porque en este caso no se fija un plazo concreto de tiempo para abandonar la vivienda, sino que depende de la buena voluntad del nuevo propietario. Por tanto, el nuevo dueño puede pedir que se le entregue la vivienda en cualquier momento. Esta fórmula jurídica es más habitual en los casos en los que los padres ceden una vivienda a sus hijos para vivir sin tener que pagar un arrendamiento, mientras que en los casos de compraventa se usa más el comodato. Otra diferencia que existe entre precario y comodato es que cuando se cede la vivienda en precario tampoco hay que justificar un uso concreto por el que se entrega la vivienda. El nuevo propietario cede el uso de la vivienda al precarista que es quien ha vendido la casa para que la use sin tener que pagar una renta o firmar un contrato. Por último, si el nuevo dueño tiene problemas para recuperar su vivienda el procedimiento es también diferente si se ha cedido su uso en comodato o en precario. En el primer caso hay que recurrir a un juicio ordinario, mientras que en el precario es un juicio verbal de desahucio, de acuerdo con la ley de Enjuiciamiento Civil. Contrato de arrendamiento con el nuevo dueño La tercera opción que tienes para seguir viviendo en tu casa después de venderla es firmando un contrato de arrendamiento con el nuevo propietario. En este caso, tienes que pagar un alquiler al propietario que pactan las partes. Es recomendable firmar un contrato de arrendamiento que establezca las condiciones del alquiler, porque si no hay contrato es difícil demostrar el pago del alquiler y se puede entender que se está usando la vivienda en precario. En resumen, es posible vender la vivienda para comprar otra nueva y quedarte a vivir en ella hasta la mudanza a través del comodato o precario, pero esta situación es diferente a la nuda propiedad en la que se vende la propiedad, pero se mantiene la posesión lo que permite seguir viviendo en la casa.