Dado que se trata de un impuesto que gestionan los ayuntamientos y no es igual en toda España, el IBI de la vivienda es un gran desconocido. Por eso, en las próximas líneas nos vamos a centrar en explicar con detalle qué es el IBI, quién lo paga, cuándo se paga y cómo se calcula. ¿Qué es el IBI de una casa? Al Impuesto sobre Bienes Inmuebles también se le conoce como IBI o Contribución Urbana. Se trata de un tributo directo y obligatorio que grava el valor de los inmuebles (viviendas, garajes terrenos, etc.), se paga a los ayuntamientos anualmente (algunos permiten el pago fraccionado) y su importe depende del valor de inmueble. Para la gestión del IBI de una casa los ayuntamientos recurren a la información del padrón municipal (catastral) que contiene la información sobre todos los bienes inmuebles de la localidad, separados por clase. De hecho, el IBI es una de las principales fuentes de ingresos de los ayuntamientos. Sin embargo, no es un tributo exento de polémica, porque hay que abonarlo por el mero hecho de poseer un inmueble, aunque su posesión no aporte ningún beneficio (uso como vivienda o mediante alquiler). ¿Quién tiene que pagar el IBI de la vivienda y cuándo se paga? La siguiente pregunta por importancia cuando hablamos de un tributo es saber quién debe pagarlo. Pues bien, puesto que el el Impuesto de Bienes Inmuebles grava la mera tenencia de una propiedad inmobiliaria rústica o urbana, el IBI deberá abonarlo el propietario del inmueble. Así, en el caso de una compraventa del inmueble el pago recae en el propietario a uno de enero. Si la operación se cierra a mitad de año, el IBI es para el vendedor porque él era el dueño cuando se tomó la referencia. Cuando se cierra la operación y se eleva a público, el Registro de la Propiedad recoge el cambio y el catastro, también, por lo que el siguiente pago recaerá ya en el comprador. Se abona en otoño, pero se calcula en enero y lo paga quien sea propietario en enero La complicación en este caso es que el tributo se abona entre los meses de octubre y noviembre, aunque se fije en enero, por lo que algunos vendedores creen que es un pago que debe realizar el comprador. No es así y corresponde al vendedor. En el caso de un alquiler, el pago se le exige al propietario salvo que se haya pactado lo contrario en el contrato mediante alguna cláusula concreta. ¿Cómo se calcula el IBI? Es el ayuntamiento quien gestiona este impuesto y su importe depende de aspectos tales como el padrón (número de personas que residen allí) pero en realidad, se trata de un impuesto que fija el estado y deja un cierto margen de maniobra a las ciudades. Básicamente, porque los datos que permiten el cobro del IBI están en el catastro municipal. El valor catastral del inmueble es el que determina el importe a pagar por IBI El valor catastral de un inmueble es el valor que tenga el suelo sumado al de la edificación. Para conocer exactamente el valor catastral de una vivienda hay que consultar el catastro o el recibo del IBI si ya lo estás pagando, pero se aplica un coeficiente de entre el 0,4% y el 1,1%. Los coeficientes para inmuebles urbanos varían entre el 0,4% y el 1,1%, pero pueden verse aumentados por el ayuntamiento. Una capital de provincia o Comunidad Autónoma puede incrementar la carga sobre los inmuebles urbanos un 0,07%, si hay transporte público colectivo de superficie un 0,07% y si hay otro tipo de servicios incluido (recogida de basuras, por ejemplo) un 0,06% adicional. Como referencia, el IBI de los inmuebles urbanos (tipo de gravamen general) en Madrid capital es ahora del 0,483% del valor catastral, (era del 0,51%) por lo que una vivienda de 200.000 euros pagaría anualmente unos 966 euros. Madrid paga, por ejemplo, un 0,483% del valor catastral en concepto de IBI Conocer el valor catastral es relevante cuando vas a comprar una vivienda y te aporta algunas pistas sobre el estado del inmueble porque incluye valoraciones sobre la ubicación, el valor de mercado, el precio del material de la edificación o la antigüedad del edificio. El inconveniente es que solo se revisa cada 10 años, lo que lo convierte en un valor variable, pero al mismo tiempo poco fiable para conocer el precio de mercado. Además, la depreciación del inmueble por antigüedad es menor que la apreciación por su ubicación (terreno) y por la edificación, por lo que las revisiones del IBI siempre suelen acarrear subidas a los propietarios. ¿Hay bonificaciones en el IBI? Precisamente porque se trata de un impuesto con revisiones al alza, existen una serie de bonificaciones que pueden reducir su importe. Normalmente las decide el ayuntamiento y suelen favorecer a familias numerosas o a quienes abonen el impuesto de forma fraccionada. Esta última opción es la preferida por los grandes ayuntamientos porque de esta manera obtienen los ingresos del IBI durante varios periodos y no solo en otoño. En el caso de Madrid y Barcelona la bonificación por el pago fraccionado es del 5%. También suele ser la preferida por los contribuyentes porque unen a la bonificación la ventaja de no hacer frente al impuesto en un único pago. También hay bonificaciones en el IBI para las viviendas de protección oficial o VPO del 50% los primeros tres años y en los bienes rústicos de las cooperativas agrarias, que pueden beneficiarse de hasta un 95% de bonificación. Conviene recordar que la vivienda también tiene que pagar el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP) si es de segunda mano o el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) si es de obra nueva. El Impuesto sobre Bienes Inmuebles o IBI, también conocido como Contribución Urbana es uno de los tributos menos conocidos al estar gestionado por los ayuntamientos. Su cálculo, sus bonificaciones y a quién le corresponde pagarlo son algunas de las dudas más habituales que genera.